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Argentina Argentina · Buenos Aires
Voto de critikator:
6
Serie de TV. Drama. Fantástico Miniserie de TV (2023). 8 episodios. Él siempre está en paro, su ex novia se ha ido y acaba de perder todos los ahorros de su vida en una estafa con bitcoins. Agobiado por las presiones sociales, Choi Yi-jae decide quitarse la vida. Insultada por su actitud displicente, la Muerte viene a castigarle con su juego: debe experimentar la muerte una y otra vez a través de otras 13 vidas. Sin embargo, si consigue sobrevivir a estas muertes ... [+]
16 de enero de 2024
28 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Corea del Sur, tierra que ha sido cuna de varias obras cinematográficas recientes de mucho interés, nos llega esta serie en 8 capítulos que podríamos calificar de una versión libre -¡muy libre!- del célebre cuento de Navidad de Dickens.

Nuestro Mr. Scrooge es, en este caso, el mucho más agradable Choi Yi-jae (Seo In-guk), un joven de buen corazón quien, luego de sufrir diversos e injustos infortunios, decide quitarse la vida, sin tener en cuenta el sufrimiento que dicha acción acarreará a las dos maravillosas mujeres de su vida, a saber su madre y su novia.

Luego de llevada a cabo su lamentable acción, nuestro protagonista se encuentra cara a cara con, si queremos verlo de este modo, los "fantasmas de la Navidad", personificados aquí simplemente por la Muerte (Park So-dam), quien, enojada por el egoismo de Choi Yi-jae (al cual podríamos comparar con la avaricia de Mr. Scrooge), decide imponerle un castigo ejemplar: deberá reencarnar 12 veces en diversos personajes, y experimentar cada una de sus vidas y, detalle no menor, también de sus muertes. En caso de fallar en evitar aunque sea uno solo de dichos fallecimientos, finalizado dicho castigo el protagonista será enviado irremisiblemente al Infierno, para sufrir por la eternidad.

De más está decir que, en el transcurso de semejante periplo, Choi Yi-jae acabará efectuando un enorme aprendizaje acerca de la vida, y también de las personas.

Es casi imposible encuadrar esta serie dentro de un género determinado. Luego de pasar media hora sometidos a melodramas extremadamente almibarados plagados de infinidad de flores y atardeceres, y acompañados de las bandas sonoras más apelativas y lacrimógenas que imaginar se pueda, pasamos a continuación a vernos expuestos a un cuasi-gore bastante eficaz, empapado de gritos de dolor y de agonía, y de litros y más litros de sangre. Mientras que algún otro capítulo nos traerá acción pura y dura, destacable y de buena calidad aunque en ciertas partes poco realista y con exceso de cgi, con combates y exhibiciones de artes marciales, y persecuciones en motos y autos deportivos que vuelan por la ciudad.

Desde la fantasía hasta el romance, desde la acción hasta lo telenovelesco, desde el almíbar descarado hasta el terror, así es esta extraña serie difícil de catalogar, la cual posee diversas virtudes, aunque también muchos defectos.

Desde mi punto de vista, y dejando de lado los ubicuos excesos en el intento de manipulación de las emociones del espectador, debo decir que el formato casi de videojuego que permea grandes porciones del metraje, las reacciones poco realistas del protagonista a sus encuentros con la Muerte, y la notoria imposibilidad de las diversas tramas, algunas de ellas bastante rebuscadas, que aparecen a lo largo del relato, me impidieron empatizar adecuadamente con la narración o sumergirme en ella. Además, el hecho de que el propio guión asigne un significado tan pedestre a la muerte en sí, de la cual se puede ir y volver casi como quien va a hacer las compras, hizo que en definitiva poco me haya terminado importando quién vive y quién muere.

Aún así, la serie tiene sus méritos, entretiene, posee logradas escenas de acción, y, como solía hacerlo Dickens, nos trae algunas preguntas existenciales que no deben ser menospreciadas. Destacándose también, hay que decirlo, las actuaciones de quienes representan las sucesivas reencarnaciones del protagonista. Incluso los aspectos más telenovelescos tienen algunas virtudes, si bien que, al menos en mi caso, su almibarado exceso me llegó a agobiar.

En última instancia, quizás el punto más alto de este producto, que claramente extiende sus raíces hasta el S.XIX pero que a la vez se halla muy imbuido del mundo actual, sea el hecho de, mal que bien, traer a cuento un conjunto de valores "conservadores" que ciertas producciones posmodernas que prosperan en occidente, pero que aún no parecen haber hecho pie en el país de origen de este producto, han intentado enterrar en el olvido.

En definitiva, tan rara y heterogénea como es esta producción, así es también mi recomendación.
critikator
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