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Voto de cavan:
9
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130.337
Animación. Ciencia ficción. Romance. Infantil
En el año 2800, en un planeta Tierra devastado y sin vida, tras cientos de solitarios años haciendo aquello para lo que fue construido -limpiar el planeta de basura- el pequeño robot WALL•E (acrónimo de Waste Allocation Load Lifter Earth-Class) descubre una nueva misión en su vida (además de recolectar cosas inservibles) cuando se encuentra con una moderna y lustrosa robot exploradora llamada EVE. Ambos viajarán a lo largo de la galaxia ... [+]
8 de agosto de 2008
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los magos de Píxar han vuelto a dar en el clavo. Desde “Buscando a Nemo”, la diana no había sido tan certera. La apuesta era arriesgada, como ellos mismos han señalado: gran parte de la película está más cerca del cine mudo que del cine actual. Pero eso mismo le da más valor, doble mortal sin red. Hay que ser capaz de observar con mucha finura, con mucho humor y con mucho cariño las reacciones humanas y los sentimientos que nos mueven cada día, para luego saber plasmarlos en unos personajes tan reconocibles. Así, cuando los ves delante de tus narices, te ríes y te avergüenzas porque te ves reflejado, porque “resuenas” con ellos. Según pasan los minutos de esta deliciosa película uno va entregándose a una tremenda paradoja: ¡qué puñeteramente humanos son esos robots y qué lamentables robots son esos humanos!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mensaje es tremendo: los seres humanos de “Wall.E” han quedado convertidos en una bola de grasa, analfabeta, pegada a una pantalla, incapaz de sostenerse sobre sus piernas y atocinada por multitud de robots que atienden sus ya mínimas necesidades fisiológicas. ¿Exageración? Quizá...pero el camino que llevamos apunta directo hacia allá: ¿quién aguanta ahora un verano sin aire acondicionado en casa, en el trabajo, en el coche? ¿Quién se preocupa de aprender a ir a casa de los amigos teniendo un GPS que ya hasta habla? ¿Qué niño va a renunciar a llevarse su DS a un aburrido día de campo en el que no hay aventuritas ya diseñadas por Nintendo Corporation? Ante ese panorama desolador, la historia de “Wall.E” podría entregarse al puro pesimismo. Pero no es así. “Wall.E” consigue despertar en el obeso comandante el último resquicio de humanidad que aún pervive bajo el tocino: primero la curiosidad, en esa bellísima escena en la que el comandante ametralla al “Diccionario” pidiendo más y más definiciones de lo que era LA VIDA REAL…y más adelante, la rebeldía de no dejarse manipular, de querer hacer las cosas por uno mismo, de tener el derecho a equivocarse, a aprender, a llegar por fin a la sabiduría de darle al botón de “Paso a Manual” que recuerda tanto al HAL de 2001. Y no es que haya que acabar con la tecnología, no. Es que hay que saber preservar la humanidad. ¡Cuánta poesía hay en esa escena en la que la pantalla virtual de una humana se rompe y ella alucina con las estrellas REALES que se ven por los inmensos ventanales de la nave! ¡O cuando dos de esos humanos, ya sin pantalla, rozan por accidente sus manos y sienten esa mezcla de electricidad y ternura de una caricia REAL que jamás conseguirá un holograma! “Wall.E” curiosamente consigue despertar lo más humano de los humanos: la curiosidad, el asombro, la rebeldía y el amor.
El resto es pura artesanía de animación que Píxar convierte en arte: ritmo, escenografía, ironía descarnada contra el Presidente (el que ustedes quieran)... En fin, con películas así pueden subir el precio del cine todo lo que quieran.
Les dejo, que estoy harto de esta pantalla. Me voy a tomar el aire.
Gracias, Píxar
Gracias, “Wall.E”
El resto es pura artesanía de animación que Píxar convierte en arte: ritmo, escenografía, ironía descarnada contra el Presidente (el que ustedes quieran)... En fin, con películas así pueden subir el precio del cine todo lo que quieran.
Les dejo, que estoy harto de esta pantalla. Me voy a tomar el aire.
Gracias, Píxar
Gracias, “Wall.E”