Todo el mundo tiene ese amigo pesado que no para de contar chistes - algunos mejores que otros- y del que al rato de estar con él acabas cansado. Pues eso es Thor: Love and Thunder.

Una caricatura del Dios trueno que estábamos empezando a ver en las últimas películas y que es aquí donde alcanza su punto álgido: maquillaje y peluquería exagerados, al igual que la actitud de los personajes y las escenas con música que parecen casi videoclips.

Pero ojo, todo esto son decisiones completamente conscientes del director. Obtienen una película mucho menos seria a las anteriores que nos tenían acostumbrados y a cambio de ello también nos tomamos menos en serio a los personajes. La película no llega a emocionar cuando pretende a hacerlo, los cambios de tono son algo forzados y no sabes cuando en una escena que pretende ser triste va a haber un chiste fácil de repente.