Película rauda, de consumo fugaz, generalmente de risa demasiado fácil, con momentos coñones y otros patéticos. ¿Soplo de aire fresco? Para nada, no es más que otra comedieta resultona fruto de la chispa especial que suelen poseer las operas primas, pero con un profundo y apestoso tufo a capítulo piloto de producto televisivo (muy de acuerdo con la crítica de Frank Drebin) no es cine, es comida rápida que puede llegar a parecer un gran plato cuando hay hambre, pero con el cerebro asentado y en frío, comienza a vislumbrarse la bazofia.

Y lo de renovación de la comedia española es para escojonarse, pues aquí lo único que veo es una copia castiza del estilo Apatow en mediocre. Aun así, bien la pareja protagonista y especial identificación con el pobre pagafantas, pues comparto con él la repugnancia por el petardo de Bunbury.