La producción es apresurada y caótica. Todo parece hecho a base de trozos sueltos y eso que no ha sido por falta de dinero.
La dirección resulta muy vulgar e igual de caótica. Trata de retratar a los protagonistas y de narrar la historia pero lo hace a base de saltos, más o menos sinsentido y de una forma tremendamente lenta y aburrida. A la película le sobra casi todo el metraje.
La historia es la que es y da para muy poco. Cansan los típicos caminos de propaganda USA de este director para justificar lo que sucedió. Realmente la película, como he mencionado antes, son los cinco minutos del final y muchos son.
Los protagonistas hacen lo que pueden y poco más, No están para tirar cohetes.
Resumiendo: como documental puede pasar, como película es una castaña.