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Voto de Kikivall:
31.473
Acción. Thriller. Drama
Chev Chelios (Jason Statham), un asesino a sueldo de Los Ángeles, ha sido envenenado mientras dormía y que sólo le queda una hora de vida. La única oportunidad que tiene Chev de sobrevivir es mantenerse en movimiento para impedir que el veneno le llegue al corazón. El tiempo pasa y corre enloquecido por las calles de Los Ángeles para salvar a su novia y encontrar un antídoto que le salve la vida. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2017
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chev Chelios (Jason Statham) es un duro asesino a sueldo de Los Ángeles, que cansado de su desmedido oficio ha resuelto dejar atrás su trabajo y hacer una vida normal con su querida novia Eve (Amy Smart), la cual desconoce su auténtica profesión. Pero algo ocurre que se lo impide.
La pareja de directores compuesta por Mark Neveldine y Brian Taylor inician con esta cinta una carrera dedicada a realizar películas de acción y violencia trepidantes. Digamos que se conocen el oficio de hacer películas violentas, donde el número de especialistas triplica al de actores. La acción fluye en un sinfín de escenas a cual más intrépida e incluso absurdas o surrealistas.
El guión de los mismos Neveldine y Taylor es muy particular, si es que se puede hablar sensu stricto de guión, o tal vez deberíamos hablar de otra cosa indefinida e indefinible. Pero en fin, el tal libreto, a fuer de alocado, lleva la historia a situaciones grotescas e ilusorias donde el sexo y la ultra violencia parecen compatibles y convivientes.
La palpitante música Paul Haslinger pasa el corte mal que bien, así como una fotografía adrenalínica de Adam Biddle; ambas casan con la cinta.
El reparto es sobre todo un Jason Statham que se sale de los límites de lo creíble y lo hace con el carisma de siempre en sus filmes de habitual ímpetu. Amy Smart, su novia, da el pego de muchacha mona y con escenas muy particulares. Y al resto es mediocre.
Esta película exhibe ese tipo de violencia de nuevo cuño amoral y vomitiva. No quita para que admita que a pesar de tanta agua como hace la cinta por diversos lugares de su chasis, logra un producto ameno y sorprendente. Statham corriendo, en auto, en moto, en helicóptero, metiéndole mano a la novia en situaciones inverosímiles. Y es que Statham es mucho Statham. Sin ser Superman, prácticamente lo supera, aunque convengamos que es más grotesco e incluso en ocasiones casposo.
En resolución, Crank es un vibrante ejercicio de manejo cinematográfico y Jason Statham excede como nunca el original a que nos tiene acostumbrados.
Creo que el mérito de esta película es haber logrado realizar un producto decoroso con un guión infantil que curiosamente se salva por su exceso y osadía.
La pareja de directores compuesta por Mark Neveldine y Brian Taylor inician con esta cinta una carrera dedicada a realizar películas de acción y violencia trepidantes. Digamos que se conocen el oficio de hacer películas violentas, donde el número de especialistas triplica al de actores. La acción fluye en un sinfín de escenas a cual más intrépida e incluso absurdas o surrealistas.
El guión de los mismos Neveldine y Taylor es muy particular, si es que se puede hablar sensu stricto de guión, o tal vez deberíamos hablar de otra cosa indefinida e indefinible. Pero en fin, el tal libreto, a fuer de alocado, lleva la historia a situaciones grotescas e ilusorias donde el sexo y la ultra violencia parecen compatibles y convivientes.
La palpitante música Paul Haslinger pasa el corte mal que bien, así como una fotografía adrenalínica de Adam Biddle; ambas casan con la cinta.
El reparto es sobre todo un Jason Statham que se sale de los límites de lo creíble y lo hace con el carisma de siempre en sus filmes de habitual ímpetu. Amy Smart, su novia, da el pego de muchacha mona y con escenas muy particulares. Y al resto es mediocre.
Esta película exhibe ese tipo de violencia de nuevo cuño amoral y vomitiva. No quita para que admita que a pesar de tanta agua como hace la cinta por diversos lugares de su chasis, logra un producto ameno y sorprendente. Statham corriendo, en auto, en moto, en helicóptero, metiéndole mano a la novia en situaciones inverosímiles. Y es que Statham es mucho Statham. Sin ser Superman, prácticamente lo supera, aunque convengamos que es más grotesco e incluso en ocasiones casposo.
En resolución, Crank es un vibrante ejercicio de manejo cinematográfico y Jason Statham excede como nunca el original a que nos tiene acostumbrados.
Creo que el mérito de esta película es haber logrado realizar un producto decoroso con un guión infantil que curiosamente se salva por su exceso y osadía.
