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España España · Granada
Voto de Kikivall:
10
Aventuras. Drama En 1560, poco después de la destrucción del imperio inca, una expedición española parte de las montañas de Perú rumbo a las selvas del Amazonas, en busca de la legendaria tierra de El Dorado. A través del diario del fraile Diego Gaspar de Carvajal iremos conociendo detalles y circunstancias de aquella peligrosa aventura... (FILMAFFINITY)
11 de abril de 2018
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este film Herzog hace una versión libre, no histórica, del viaje que realizó el explorador español Lope de Aguirre, tras haberse rebelado contra sus superiores, junto a un grupo de soldados afines. Es un film de una belleza inaudita en un entorno salvaje y angustioso, en plena selva amazónica, que muestra la locura de Aguirre, tal vez la misma que habitó la mente de algunos de aquellos conquistadores españoles que incursionaban en el Nuevo Mundo llenos de ambición y mesianismo.

El film parte de una historia minimalista con diálogos muy elementales y recrea la irracionalidad humana, encarnada en el loco Lope de Aguirre que lanza a la comitiva a una aventura épica y demencial, por la exuberancia selvática, abundante en peligros de todo tipo, incluidos los indígenas y sus envenenadas flechas.

Werner Herzog, con guión de su autoría (escrito en dos días y medio), pudo construir una película de altura, un film naturalista y bellísimo, con la ambición, el desvarío y la ambición humana como protagonistas principales.

Preciosa la hipnótica música del grupo de “rock progresivo” y krautrock Popol Vuh, cuyo teclista Florian Fricke era amigo de Herzog de años. Y es enorme también la fotografía, luminosa y brillante, de Thomas Mauch.

La filmación se llevó a cabo con una cámara de 35 mm. y esa cámara Herzog la blande como un arma más, cámara ubicua que se moja, se cimbrea, capta el más leve movimiento de las embarcaciones y lo traslada a la retina del espectador con la inseguridad de una aventura que nadie sabe cómo va a acabar. Inseguridad en su pulso y en su manejo, pero temple también, lo cual dispensa una energía y a la vez una mesura tremendas.

Klaus Kinski es la figura principal de esta película, elegido con todo acierto por Herzog, pues más locura y desquiciamiento no cabe, salvo en un individuo como Kinski, que era realmente bastante loco y “diabólico” como lo calificó algún compañero de rodaje. O sea, un individuo inestable llevó a cabo una memorable interpretación de Aguirre como hombre enajenado, aterrador, lunático, visionario, enfermizo y endiosado, propuesto a seguir la senda del mítico Hernán Cortés. Y siguiendo con el reparto, la bella Helena Rojo está muy bien como valiente prometida de Ursúa y defensora de los indios.

Estamos ante un bello poema en imágenes que nos impregna torrencialmente de lirismo, visualidad, rabia, supervivencia y personajes agónicos y perdidos por su enorme codicia.

Con el transcurrir del tiempo la fama y la notoriedad de la película han ido en aumento pues Herzog es un visionario y obsesivo de los grandes temas. No quiere contar una historia trazada o grabar diálogos divertidos; él quiere alzarnos a sus reinos de portento. Una obra que transmite de lo sombrío a la luz, y el misterio de la densa, frondosa e infinita Amazonía. Un film rayano en lo arrebatador.

Nunca podré olvidar el notable impacto que me produjo esta película en su estreno en los primeros años setenta, cuando alternaba mis estudios universitarios con el visionado de grandes películas como esta que aparecían de vez en cuando. Creo que fue la primera película que disfruté de Herzog y también la primera vez que vi al furioso Kinski.
Kikivall
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