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España España · Granada
Voto de Kikivall:
6
Terror En la naturaleza existe vínculo indisoluble entre la belleza y la muerte. El ser humano, deudor de su entorno, imita lo que observa. Como mosquitos atraídos por el faro más brillante, los turistas están apagando la luz de la ciudad más hermosa del planeta. La agonía de las últimas décadas ha desatado la ira entre los venecianos. Para frenar la invasión, algunos se han organizado, dando rienda suelta a su instinto de supervivencia. ... [+]
6 de marzo de 2024
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por sus características geográficas frágiles y un exceso de turistas, Venecia se resiente en lenta agonía, y ese deterioro invasivo desata la ira entre los venecianos. Para frenar la turbamulta turística provocada por un alborotado grupo de jóvenes turistas, algunos venecianos se han organizado, guiándose por cierto instinto de supervivencia.

Los protagonistas, el grupo de visitantes españoles que viaja a la ciudad de los canales para divertirse, están ajenos a los problemas que les rodean y, finalmente, ante la ofensiva de los oriundos se verán obligados a luchar para salvar sus propias vidas.

Acierta Álex de la Iglesia en su manera de llevar esta especie de thriller de terror divertido, colorista y excitante. Tiene su importante carga de malicia y, haciendo honor a su título, presenta un esquizofrénico ejercicio de amor al mal, y de villanos que van de lo razonable a la locura asesina.

No faltan las víctimas propiciatorias, y los dilemas morales y sociales que más bien corren de cuenta del espectador, no de un guion explicativo o pretencioso, tal el que firman el propio De la Iglesia junto a Jorge Gerricaechevarría.

Hay asesinatos creativos y sangrientos en escenarios ultramodernos, como ruidosas discotecas y fatales carnavales turísticos, que devienen puro divertimento de horror y suspense.

Reparto equilibrado y coral con artistas como Ingrid García Johnsson, Silvia Alonso, Alberto Bang o Cosimo Fusco, entre otros. Música de Roque Baños que envuelve el enigma y ayuda a crear la atmósfera suspense y sangre de la cinta, y una sensacional fotografía de Pablo Rosso luminosa y de colores estridentes.

Crece y se disfruta esta celebración del cine cuando pierde el control, cuando a De la Iglesia se le ve disfrutar por el vértigo que produce verse en mitad del canal agarrado a un poste de madera; y cuando se le aclara la idea de dar la vuelta sin pudor a todos los tópicos venecianos: su pomposo carnaval, sus paseos en góndolas y el glamur de su festival de cine.
Kikivall
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