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España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Thriller. Drama. Comedia Hollywood, años 60. La estrella de un western televisivo, Rick Dalton (DiCaprio), intenta amoldarse a los cambios del medio al mismo tiempo que su doble (Pitt). La vida de Dalton está ligada completamente a Hollywood, y es vecino de la joven y prometedora actriz y modelo Sharon Tate (Robbie) que acaba de casarse con el prestigioso director Roman Polanski. (FILMAFFINITY)
18 de agosto de 2019
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película de Tarantino que yo agradezco y valoro pues aunque en los años sesenta era un pibe, recuerdo prácticamente todos los artistas, personajes y acontecimientos que asoman el plumero en el film, las canciones, las películas y series de TV que se mencionan, los acontecimientos del momento, incluyendo el escabroso episodio de Charles Mason, e incluso escenas que creo haber visto antes en otras películas, como cuando DiCaprio flota en su colchoneta inflable en su piscina, ¿no recuerda a “El Gran Gatsby”?

Por supuesto se visionan escenas reales como la tomada del film “La gran evasión” (1963) de Sturges, donde DiCaprio suplanta a Steve McQueen en una especie de juego del guion. Un libreto hecho más de imagen, de miradas, silencios o gestos, que con los alambicados diálogos a los que Tarantino nos tiene acostumbrado.

Esta genial obra de Tarantino es todo lo que he dicho y más. Con el poder de escenas e imágenes, hay una intención explícita por traer de nuevo a la memoria viejos tiempos que ya no son, e incorporar esos recuerdos al mundo de hoy. Indagar en aquellos momentos de los años ’60, una suerte de re-creación que libera al pasado de su encierro y lo muestra al espectador con una sabiduría y una excelencia narrativa tal que los 165 minutos de metraje se hacen cortos y uno querría continuar con los flecos inacabados que no se mencionan en el film pero que sucedieron, es decir, tantas y tan variadas historias, películas u otros actores-actrices que están en la cabeza y en el ánimo de muchos espectadores y a los se apunta sin mencionar.

Depositaria de una época que se disipa, Tarantino fagocita el tiempo, lo evapora y lo hace ondear como una bandera fantasmal que, empero, está en todos nosotros, bien por cosa vivida, bien por pelis vistas, bien por lecturas, etc. Un retorno a la capital del cine que camina hacia la transición entre viejo y lo nuevo que se abría paso.

Efectivamente, sabemos que poco tardaría la cosa cuando, con una serie de películas grandes de la época, habría de caer el viejo emporio de los grandes estudios.

En esta línea histórica, Tarantino construye dos personajes que vienen justamente de lo antiguo, un hombre curtido como doble de escenas de acción y un actor famoso por hacer de malo en westerns de segunda o alguna serie de TV. En el quehacer imprevisible de estos dos personajes.

Leonardo DC como el actor fracasado Rick Dalton, Brad Pitt interpretando al especialista Clift Booth, más la presencia de una en apariencia inocente y cinéfila Sharon Tate (quien va a ver sus propias películas en las salas comerciales), encarnada por Margot Robbie, se va desplegando una trama que tiene evocaciones, desviaciones por uno y otro lado, y humor del que hace reír; sin olvidar la maléfica banda hippie abducida por Charles Mason, que acabó con la vida de la Tate, aunque esto no forma parte explícita de la película, pero que es coincidente con el percance sufrido por los personajes del film en fecha y hora.

Tarantino acierta a desarrollar forma espectacular los ya superlativos carismas de Brad Pitt y Leonardo DiCaprio, que son quienes sostienen la película, concluyendo, al final, en una explosión de violencia y humor que pone la "guinda tarantina" a un pastel que hasta entonces había discurrido por cánones diferentes a los habituales en el director norteamericano.

La cinta es técnicamente admirable, sabe acoplar los tiempos en la pantalla y dentro de los rodajes a discreción, con bromas en las que figuran Steve McQueen, la icónica Sharon Tate, un Al Pacino devenido consejero de cine, el enorme luchador Bruce Lee apaleado y desmitificado, Polanski por ahí de bailongo, el campamento de la secta Manson, incluso a un Bruce Dern ciego y dormilón, eso, amén de canciones pegadizas y guais del momento, Feliciano y su versión de “California dreamin’”, Los Bravos, etc. Alusión a películas como “El valle de las muñecas” (1963) o “La mansión de los siete placeres” (1969) (en ambas actuó S. Tate), series de TV como “El Virginiano” (1962).

En fin, esta novena entrega de Tarantino es un exponente de empatía y amor a aquella época dorada del cine. Tiene muchos momentos brillantes y encierra tanta historia y tan bien contada, que es sin duda una película de las muy buenas, y de ahí para arriba.
Kikivall
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