¿De qué va?:

Un joven que trabaja en una farmacia y que se parece mucho a Milikito pierde su empleo después de que su jefe resulte asesinado por unos maleantes, así que después de sopesarlo un poco decide meterse en el cuerpo, concretamente en el de Ana Obregón, y después también se mete a policía convirtiéndose en una máquina de matar (se a pajas).

Crítica:

Magnífico policiaco español con lo mejor del panorama interpretativo nacional de mediados de los ochenta, la aún entonces Anita Obregón desplega en la pantalla todos sus encantos, tanto físicos (esas piernas de garza harían relamerse a cualquiera que se llame hombre, mmmmmmm) como interpretativos (una dicción impecable en un castellano cervantino más propio del siglo de oro que de una vulgar bióloga). Por su parte Milikito aunque pierde algo sin los zapatones y la nariz roja resulta igualmente creíble como un madero novel e integro dispuesto a hacer que se cumpla la ley aunque le cueste la última gota de sangre. Gran puesta en escena, vamos, lo normal contando con dos actorazos como esos en el elenco, y una tensión in crescendo culminada con un clímax de puta madre. Muy buena.

Bueno, ahora en serio, la verdad es que el otro día me tropecé con la Filmaffinity de mi juventud, mi antigua caja de zapatos abandonada hace más de quince años en la que puntuaba mediante fichas todas las películas que iba viendo, y decidí pasar a la megacaja de zapatos del amigo Kurt todas aquellas que aún no tenía votadas, a ésta le puse un tres en su día, supongo que por Agustín González y el Galiardo, porque si no, no se explica.