Animada por los premios recibidos y por las críticas abrumadoramente favorables, decidí ver Vidas pasadas. El tráiler me terminó de convencer; parecía que Celine Song (la directora) nos contaba una historia muy interesante y con una buena calidad técnica, Como ya no se proyectaba en los cines cercanos, no quedó otra que verla en plataforma, lo que siempre es un error (para mí), porque si la fotografía es buena, se pierden muchos matices.
Me pareció muy sugerente cómo se presentan a los tres protagonistas, sentados en la barra de un bar mientras su comportamiento es observado por ojos ajenos; el flashback siguiente lleva al espectador a otro tiempo y la historia empieza a coger forma...
También prometía el contraste entre la vida en una ciudad como Nueva York y en Seul, con sus tradiciones y costumbres tan opuestas.
Pero a los 20-25 minutos de la película, ya perdí el interés. Los personajes (salvo, quizás, el marido), no me resultaron interesantes ni me parecieron bien dibujados y la historia se hace eterna.
Eso si, si estuviste en Nueva York, te gustará recordar los rincones por los que paseaste y, si no aun no tuviste la oportunidad, quizá te apetezca ir con la compañía adecuada.
La verdad, es que con el tráiler me bastaría...