¡Ah, el amor! ¡Ese sentimiento tan puro, tan bello, tan inspirador, que nos hace sonreír, que nos llena de vida! ¡Qué bonito es todo, los pajaritos cantan, las nubes se levantan, y los tenues rayos del Sol nos despiertan cada mañana con el hermoso recuerdo del ser amado!

Eso mismo debió pensar Federico Moccia al realizar esta película, basada por cierto en su propio libro (del que no opinaré aquí por desconocimiento, pero si está adaptando su propia obra no creo que sea tan distinto, ¿no?). Y el resultado, señores, es magnífico, es electrizante, es...


...una absoluta, total, completa y redonda pérdida de tiempo. Bravo.

Y es que, si por algo destaca "Perdona si te llamo amor", es por resultar sumamente insulsa, infantil, falsa y hortera. Como bien han dicho por aquí, el retrato de la relación entre un cuarentón y una cría de diecisiete años es penoso, por momentos el ridículo se hace tan grande que parece que no exista esa barrera y los dos hayan salido de la misma quinta. No tienen química, no se comportan como gente de su edad (ya han comentado la escena del batido, yo me quedo con la incapacidad crónica del hombre para llevarle la contraria a una niñata repelente).

Claro, y no es lo único. Porque si algo le sobra a este pastelazo es originalidad. ¿Un ex-novio macarra que en algún momento interactuará con nuestro sufrido héroe? ¿Amigos salidos? ¿La ex volviendo a casa? Seguiría con más ejemplos, pero luego me acusarían de desvelar detalles importantes del argumento. Así que lo dejo aquí.

Venga, ¿lo digo? El final también es típico, tópico y previsible hasta el asco. Lo ves venir desde el principio de la película. Perdón, la próxima vez usaré el spoiler para soltar obviedades.

Sigamos. Los adornos. Resulta que al autor no se le ocurre otra cosa que meter citas famosas que no vienen a cuento, pero hablan del amor y eso nos despierta bellas sensaciones, tal y cual. Tanta cita de Balzac, Neruda y demás consigue que odie la obra aún más. Y por si esto fuera poco, regala unas cuantas cámaras lentas, montajes cutres y música romanticona a toda pastilla. Ni un recurso que parezca original.

En fin. Película cursi, estereotipada, incoherente y extremadamente estúpida (lo de los coches de choque del principio es...), sin un ápice de intención de contar algo creíble. Un romanticismo barato, con más pose que sensibilidad. A ratos entretiene, pero a costa de no transmitir absolutamente nada. A la hoguera.