Quién discutiría que una película con 11 oscars es mala. Obviamente nadie. Sin embargo, no debemos excedernos en el fenómeno premios Oscar. La película tiene planos interesantes, un buen argumento, un contexto histórico interesante, con un historia apasionada que da un nuevo toque al amor medieval cortés en un contexto histórico posterior. Hay un mensaje más profundo que muestra la conciencia de clases, el esnobismo Victoriano y la gran diseminación y marginación social debido al dinero. Por supuesto que es una buena combinación de elementos pero lamento decir que hay algo que me falta. No puedo evitarla desde el punto de vista supersticioso de un película que no termina de convencerme. No voy a entrar en el clásico plano argumentativo de los Oscars y su manipulación pero si diré que el argumento carece de veracidad en un contexto histórico muy veraz y que todos conocemos desde hace años. Además la perspectiva sensata nos hace ver que hay partes que no terminan de encajar por lo tanto, queda como un conjunto de piezas individuales muy buenas pero, muy distintas que al ser puestas en común forma una imagen medio distorsionada y que no termina de casar con lo que cada pieza representa. Esto nos deja un cuadro compuesto de formas individuales muy buenas pero un compuesto que abarca mucho pero coge poco.