Nueva cinta de Woody Allen, y posiblemente la mejor película que ha hecho en los últimos diez años (exceptuando la gran 'Match Point'). Una cinta donde encontramos las grandes virtudes de este director, y al que posiblemente haya sido su mejor alter ego, un sorprendente Owen Wilson (y eso que el gran Larry David también se salió en 'Whatever Works').

La cinta narra la historia de un guionista de Hollywood que se va con su prometida y los padres de ella, a unas vacaciones en París, donde intenta coger ideas para la novela que está escribiendo. Durante un paseo que realiza en solitario por la noche, sube a un coche que le transportará al París de los años 20, donde conocerá a gente como Ernest Hemingway, Pablo Picasso, o Salvador Dalí. También conocerá a Adriana (Marion Cotillard, posiblemente la mujer más bella y dulce de éste planeta), de la que caerá rendido a sus pies.

La cinta es muy surrealista, pero Allen sabe integrar este surrealismo a la narración, sin que en ningún momento chirríe lo más mínimo, más bien lo contrario, ya que en esas noches surgen los mejores momentos de la cinta. Una cinta que habla de lo idealizadas que tenemos algunas cosas, y de como reaccionamos cuando estamos en ellas.

En definitiva, una cinta muy buena, donde nos reencontramos con el mejor Allen. Esperemos que haya vuelto para quedarse.

Lo mejor: Owen Wilson, Marion Cotillard, y esas fantásticos paseos nocturnos.
Lo peor: Sólo la podrán degustar los fans de Allen.

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