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España España · Barcelona
Voto de BERLANGA'S:
7
Thriller. Drama Cuando la joven y querida princesa Susannah es raptada, el primer ministro Michael Callow se enfrenta a una difícil y delicada situación. Para ponerla en libertad, el secuestrador exige que el primer ministro tenga relaciones sexuales con un cerdo y sea retransmitido en directo... Primero de los episodios independientes de "Black Mirror", serie creada por Charlie Booker, antiguo crítico televisivo de "The Guardian" y artífice de "Dead Set" (2008). (FILMAFFINITY) [+]
8 de noviembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Episodio piloto de una de las series más relevantes de la pasada década. La ejemplificación
perfecta de la tecnofobia. Dentro de la multitud de temas que consigue articular Brooker en apenas
45 minutos me centraré en el que creo que es central en este episodio: los medios modernos.

En 2011 se estaba empezando a ver el impacto de las redes sociales en el mundo (para poner un
ejemplo, en la Primavera Árabe). Es interesante ver este episodio una década después: nos da la
perspectiva para considerarlo un clásico de la televisión. Plantea un mundo en el que Twitter aún
no se ha adueñado del todo de la información, dónde aún son importantes los noticiaros.
Evidentemente se trata de una época preTrump. La relación que existe entre los redactores de las
cadenas televisivas y las redes no se presentan como un contraste, sino uno como una
continuación más inmediata del otro. Ya no hay un control por parte del Estado, no se pueden
contar los grandes relatos institucionales, sino que los grandes relatos los deciden los propios
cibernautas, siguiendo el criterio de lo que emociona más.

El acto terrorista es obra de estos cibernautas, de aquellos que se quedan pasmados viendo como
el representante de su democracia fornica con un cerdo. Quieren profundamente que lo haga. Los
nuevos medios no eligen el contenido que se quiere programar, sino que articulan la estructura en
red sobre la cual van surgiendo contenidos efímeros mediáticos. Ya sea el primer ministro
follándose a un cerdo ya sea un niño que ha caído por un pozo. Es exactamente lo mismo. Y los
viejos medios se suman al carro por miedo a perecer.

La diferencia principal entre los viejos y los nuevos medios es la participación de la masa en
diálogos polares. Aquello que en los 90 algunos hippies de Sillicon Valley pensaban que iba ser
un nuevo paso hacia la democracia y el diálogo internacional, ha terminado en la polémica y la
difamación. Somos unos fundamentalistas de nuestras opiniones. Opinamos fervientemente que
el primer ministro debe tirarse a un cerdo, que esa persona debe ser cancelada porqué hace cosas
muy malas mientras que nosotros somos agua bendita o que unas extremistas nos llevarán a la
miseria con sus pensamientos antinaturales. Unos luchan contra otros des del mismo altavoz. No
es que los grandes relatos ya no existan, sino que se han multiplicado. Ya no son unidireccionales
sino dialécticos. La razón de ser de unos es luchar contra los otros, y viceversa.
Pero todo esto en 2011 aún no era tan evidente. Sería en el ecuador de la década de los 10 cuando
empezaría a surgir esta polarización infundada sostenida en la presión popular y la difamación
que ejemplifica este episodio.
BERLANGA'S
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