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Voto de Anibal Ricci:
9
Drama. Thriller Un joven hastiado de su gris y monótona vida lucha contra el insomnio. En un viaje en avión conoce a un carismático vendedor de jabón que sostiene una teoría muy particular: el perfeccionismo es cosa de gentes débiles; sólo la autodestrucción hace que la vida merezca la pena. Ambos deciden entonces fundar un club secreto de lucha, donde poder descargar sus frustaciones y su ira, que tendrá un éxito arrollador. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La publicidad nos hace desear coches y ropas, tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos. Somos los hijos malditos de la historia, desarraigados y sin objetivos ... Nuestra guerra es la guerra espiritual, nuestra gran depresión es nuestra vida. Crecimos con la televisión que nos hizo creer que algún día seríamos millonarios, dioses del cine o estrellas del rock, pero no lo seremos y poco a poco nos estamos dando cuenta, lo que hace que estemos muy, muy hastiados". Simple declaración de principios de la cinta más arriesgada de este gran director que es David Fincher. Corría el año 1999 y la única explicación para que "Sexto Sentido" (M. Knight Shyamalan) recaudara más de diez veces lo que alcanzó "El Club de la Pelea" es que esta última denunciaba una realidad incómoda, rechazada incluso por nuestro subconsciente, en donde el consumismo en el que estamos inmersos, entrenado durante décadas, simplemente rechaza la realidad. "Tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos". La película ataca directamente al capitalismo, con variados guiños al poder subliminal que representan las marcas. Al igual que la película de Shyamalan, al espectador también se le oculta la realidad. En una habla un muerto sin conciencia de ser tal, y en la cinta de Fincher, en off, nos interpela el "narrador", aquel cuyo único objetivo es que despertemos de esta pesadilla, mismo tema que aborda otro gran estreno de 1999: "Matrix" (hermanos Wachowski). La película de Shyamalan, de excelente factura y escenas memorables, es un producto de entretención que no resiste verla por segunda vez debido a que ya conoces el juego que esconde, en cambio, "El Club de la Pelea" es un rompecabezas lleno de denuncias al sistema, da gusto revisionarla, y en cierta medida (mérito de la novela de Chuck Palahnuik) descubrir al grupo precursor de los "indignados" encarnados en el proyecto Mayhem en la película, un grupo que utiliza las mismas estrategias anónimas de la publicidad (redes sociales) para enfrentarse a las injusticias de la sociedad. De ahí la partición de la personalidad del "narrador" y creación de su alter ego Tyler Durden, proyección que lleva a cabo los deseos ocultos del personaje principal, ente liberador del sistema capitalista, que también cae en la trampa totalitarista del manejo de masas. Al fin y al cabo, el consumismo es un medio en el que las grandes fortunas (minorías) inducen a consumir a la masa (mayoría) aquellos productos que ofrecen, pero así también, los movimientos sociales ejercen presión a la inversa, prescindiendo de la democracia, que al igual que la publicidad, no le pregunta a los ciudadanos lo que piensan, simplemente imponen su punto de vista. El mundo del consumo es lo que nos mantiene dormidos (tema principal de la cinta), enfocados en metas que en verdad no existen. Somos meros consumidores inducidos a vivir una realidad falsa alimentada por la publicidad, mecanismo distorsionador de nuestras percepciones, que nubla y tergiversa el auténtico poder de nuestras decisiones.
Anibal Ricci
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