Vaciada de contenido. Pura taxonomía. Taxidermia. Sin vísceras. A sangre fría. Casi como la sal de la tierra. Exquisita. Bonita. Y apenas nada. Ya.
Una pena. Una pureza.
Hasta resulta un tanto deprimente la visión redundante de la naturaleza, la cadencia encadenada (tira de la cadena) eternamente repetida hasta la muerte, tira y afloja, su mecánica implacable, atroz, fatalista, condenada, maldita, anodina, despersonalizada, no tenemos nada contra ti, son solo negocios, desoladora, tan, sí, eso, inhumana, congelada, hierática. Machacona, necesaria, nihilista, amoral, exuberante, paupérrima, mutilada, robótica, contrahecha, hermosa como una muerta. Tanta tumba.
Aves que van, aves que vienen, toma y daca. Y vuelta a empezar, siempre, hasta ahora, que no es poco, amanece. Del norte al sur y del oeste al este o viceversa. Una y otra vez.
Matar. Comer. Reproducirse. Comer. Matar. Extinguirse.
Tierra. Cielo. Mar. Aire. Viento. Fuego. Precioso. Todo. Espantoso.