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Voto de Ferdydurke:
6
7,6
8.040
Romance. Drama
George Eastman (Montgomery Clift), un joven sin recursos, consigue un trabajo gracias a un pariente lejano, el rico industrial Charles Eastman (Herbert Heyes). El empleo es un puesto en su fábrica, pero tan modesto que le impide la entrada en su círculo social. A pesar de ello, el joven conoce a Ángela Vickens (Elizabeth Taylor), una bellísima aristócrata de la que se enamora. Pero George tiene novia, una humilde empleada de la fábrica, ... [+]
22 de noviembre de 2022
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un melodramón de aúpa, una pesadilla terrible, la película más cruel que se ha hecho nunca, y también una metáfora terrorífica sobre la vida y una enmienda a la totalidad, a Dios, a la entera creación, no hay salida, es todo un mecanismo implacable ciego diabólico en el que los seres humanos, los personajes de esta tragedia, son títeres sin cabeza, soldaditos de plomo, juguetes averiados, que hacen lo único posible, condenarse a sí mismos, siguen las pistas, las migas del camino, cumplen con su cometido, con lo que les estaba ordenado o señalado desde el principio y donde el único fin o regla del juego es siempre la muerte, el fracaso, el desastre, el acabose.
Lo perverso y hasta sádico es que no tienen otra opción más que la que les lleva inexorablemente a la debacle o al delito ya que las demás posibilidades son inasumibles o espeluznantes o no tienen la suficiente información al respecto como para tomar otra vía.
(Puede haber spoiler aquí mismo por falta de espacio más abajo, mucho lo sentimos)
a) Montgomery Clift, que está muy bien, atormentado, sensible, siempre en fuera de juego, aislado, desclasado, pidiendo perdón por existir, tenía que huir de su madre porque eso no era vida, suponía estar enterrado de cuerpo presente, un suicidio bendito, y tenía que juntarse con Shelley Winters, muy bien también de pavisosa, pasiva agresiva, mosquita muerta de agárrate los machos que llega, porque estaba muy solo en tierra ajena y necesitaba calor humano, alguna alegría, apoyo, aliento, sexo, todo eso, además ella se prestaba y era agradable, y, posteriormente, tenía que desear a Elisabeth Taylor e intentar desesperadamente aprovechar la oportunidad que se le presentaba porque igual no se veía en otra y era el cielo en la tierra, belleza, dinero, amor, esperanza, ilusión, lujo, futuro, triunfo, etcétera, toda la pesca.
Por lo que estaba atrapado irremediablemente y cualquier cosa que hiciera o no hiciera iba a acabar en hecatombe para él y para el resto, fichas de dominó, demoníaca encrucijada, una puta mierda.
Lo perverso y hasta sádico es que no tienen otra opción más que la que les lleva inexorablemente a la debacle o al delito ya que las demás posibilidades son inasumibles o espeluznantes o no tienen la suficiente información al respecto como para tomar otra vía.
(Puede haber spoiler aquí mismo por falta de espacio más abajo, mucho lo sentimos)
a) Montgomery Clift, que está muy bien, atormentado, sensible, siempre en fuera de juego, aislado, desclasado, pidiendo perdón por existir, tenía que huir de su madre porque eso no era vida, suponía estar enterrado de cuerpo presente, un suicidio bendito, y tenía que juntarse con Shelley Winters, muy bien también de pavisosa, pasiva agresiva, mosquita muerta de agárrate los machos que llega, porque estaba muy solo en tierra ajena y necesitaba calor humano, alguna alegría, apoyo, aliento, sexo, todo eso, además ella se prestaba y era agradable, y, posteriormente, tenía que desear a Elisabeth Taylor e intentar desesperadamente aprovechar la oportunidad que se le presentaba porque igual no se veía en otra y era el cielo en la tierra, belleza, dinero, amor, esperanza, ilusión, lujo, futuro, triunfo, etcétera, toda la pesca.
Por lo que estaba atrapado irremediablemente y cualquier cosa que hiciera o no hiciera iba a acabar en hecatombe para él y para el resto, fichas de dominó, demoníaca encrucijada, una puta mierda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
b) Shelley Winters es normal que se enamorara de Montgomery Clift porque era guapo y (aparentemente) bueno y de familia con a espuertas dinero lo que le abría las puertas de un mejor porvenir, un chollo. Y una vez embarazada, es normal que quisiera cazarlo, agarrarlo y no soltarlo porque de lo contrario le esperaba ser madre soltera, algo atroz en aquellos tiempos, se supone, se da por descontado, o abortar que peor me lo pones, la enfermedad que el remedio. Normal que le presionara de todas las maneras y con todas las mañas más básicas o arteras.
c) Elisabeth Taylor también es lógico que se fijara en un chico tan "retraído y profundamente extraño" guapo, humilde, manipulable, manejable, modesto, sencillo, agradecido, entregado, trabajador, listo, (aparentemente) sincero, faldero perrito con tan gran apellido y de un estupendo puesto profesional grandes visos. Y es lógico que le quisiera embelesar fascinar y engatusar, en sus redes someter, domeñar. También. Hombre, ella tenía muchas más opciones incluso es posible, seguro, que mejores si hubiera sabido mìnimamente algo de la vida de él, de su oscuro trasfondo, pero no, lo ignoraba completamente, en babia estaba la pobre niña tan rica.
Esa es la crueldad, que no pudiesen elegir, esa es la tragedia, esa es la queja, el grito desesperado ante la vida, que no hay esperanza ni escapada posible, que se lo come toda la parca la cabrona con su sonrisa granujienta aviesa, no te vayas a Samarra que tampoco importa nada.
Delitos y faltas. Allen cuenta lo mismo, pero sin melodrama, con sarcasmo chusco casi bufonesco o sorna fúnebre Shubert, con distancia cínica o amoral, sin sermón ni demagogia, sin determinismo ni fatalismo, por eso plantea la posibilidad del asesinato sin consecuencias, limpio, maestro ante un universo vacío e indiferente, pero claro, en ese caso el protagonista estaba claramente por encima de la víctima social o económicamente y se pudo permitir el lujo de delegar, de no mancharse las manos, en este casi justo al contrario, un hombre en tierra de nadie, en mitad de ninguna parte, partido, escindido, sin rumbo ni norte, perdido.
La película está muy bien contada, rodada e interpretada, con precisión y hasta por momentos virtuosismo, aunque es cierto que adolece de énfasis, de subrayados, de conducir la historia por el sendero previsto caiga quien caiga, forzando un tanto las cosas, con ese clasicismo académico hermoso neutro poderoso de tono medio moderado que la realidad aplana aplasta a su paso, que puede llegar a ser cargante o pesado, pero bien igualmente.
Y al final se impone la gran ambigüedad, absoluta, loca, monstruosa, pulverizadora, lo que nos faltaba, sal en la herida, puta y la cama, quisiera saber, dice el reo condenado a muerte, porque no lo sé realmente, si soy o no culpable, es verdad, que alguien me ayude, el (más o menos) asesino se pierde entre lo que pensó, lo que pasó, lo que sintió, lo que creyó, lo que se demostró, lo que vio u oyó, lo que le dijeron, lo que recuerda, sea, un laberinto inextricable, un acertijo indescifrable, y el cura le dice que solo Dios lo sabe, con lo que de esa forma empeora si cabe más la cosa, se cierra la historia con una macabra broma, el único responsable o que sabe lo que de verdad allí sucedió, el que tiene todos lo datos más fidedignos, es justo el que lo propició o alentó provocó, el que no te puede o quiere dar la respuesta, nunca lo hará, no le merece la pena ni le importa una mierda, como si una mosca te preguntara si es culpable justo antes de que la espachurraras contra la ventana por necia y molesta, callejón sin salida, el horror, el horror, el chiste sin gracia ninguna como colofón, el absurdo sin solución, sin redención, sin continuidad, el juego serio, la guerra del fin del mundo, el silencio negro, porca miseria, dame más fuego, voy a nadar un poco mientras tanto, a hacer unos largos si eso.
c) Elisabeth Taylor también es lógico que se fijara en un chico tan "retraído y profundamente extraño" guapo, humilde, manipulable, manejable, modesto, sencillo, agradecido, entregado, trabajador, listo, (aparentemente) sincero, faldero perrito con tan gran apellido y de un estupendo puesto profesional grandes visos. Y es lógico que le quisiera embelesar fascinar y engatusar, en sus redes someter, domeñar. También. Hombre, ella tenía muchas más opciones incluso es posible, seguro, que mejores si hubiera sabido mìnimamente algo de la vida de él, de su oscuro trasfondo, pero no, lo ignoraba completamente, en babia estaba la pobre niña tan rica.
Esa es la crueldad, que no pudiesen elegir, esa es la tragedia, esa es la queja, el grito desesperado ante la vida, que no hay esperanza ni escapada posible, que se lo come toda la parca la cabrona con su sonrisa granujienta aviesa, no te vayas a Samarra que tampoco importa nada.
Delitos y faltas. Allen cuenta lo mismo, pero sin melodrama, con sarcasmo chusco casi bufonesco o sorna fúnebre Shubert, con distancia cínica o amoral, sin sermón ni demagogia, sin determinismo ni fatalismo, por eso plantea la posibilidad del asesinato sin consecuencias, limpio, maestro ante un universo vacío e indiferente, pero claro, en ese caso el protagonista estaba claramente por encima de la víctima social o económicamente y se pudo permitir el lujo de delegar, de no mancharse las manos, en este casi justo al contrario, un hombre en tierra de nadie, en mitad de ninguna parte, partido, escindido, sin rumbo ni norte, perdido.
La película está muy bien contada, rodada e interpretada, con precisión y hasta por momentos virtuosismo, aunque es cierto que adolece de énfasis, de subrayados, de conducir la historia por el sendero previsto caiga quien caiga, forzando un tanto las cosas, con ese clasicismo académico hermoso neutro poderoso de tono medio moderado que la realidad aplana aplasta a su paso, que puede llegar a ser cargante o pesado, pero bien igualmente.
Y al final se impone la gran ambigüedad, absoluta, loca, monstruosa, pulverizadora, lo que nos faltaba, sal en la herida, puta y la cama, quisiera saber, dice el reo condenado a muerte, porque no lo sé realmente, si soy o no culpable, es verdad, que alguien me ayude, el (más o menos) asesino se pierde entre lo que pensó, lo que pasó, lo que sintió, lo que creyó, lo que se demostró, lo que vio u oyó, lo que le dijeron, lo que recuerda, sea, un laberinto inextricable, un acertijo indescifrable, y el cura le dice que solo Dios lo sabe, con lo que de esa forma empeora si cabe más la cosa, se cierra la historia con una macabra broma, el único responsable o que sabe lo que de verdad allí sucedió, el que tiene todos lo datos más fidedignos, es justo el que lo propició o alentó provocó, el que no te puede o quiere dar la respuesta, nunca lo hará, no le merece la pena ni le importa una mierda, como si una mosca te preguntara si es culpable justo antes de que la espachurraras contra la ventana por necia y molesta, callejón sin salida, el horror, el horror, el chiste sin gracia ninguna como colofón, el absurdo sin solución, sin redención, sin continuidad, el juego serio, la guerra del fin del mundo, el silencio negro, porca miseria, dame más fuego, voy a nadar un poco mientras tanto, a hacer unos largos si eso.