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Voto de Ferdydurke:
5
6,3
13.859
Thriller. Drama
En el año 2005 dos jóvenes amigos, Efraim Diveroli y David Packouz, decidieron montar una empresa para vender armas. En poco tiempo comenzaron a ganar mucho dinero. Su mayor éxito fue conseguir un contrato de 300 millones de dólares con el gobierno de Estados Unidos para armar a las tropas aliadas del ejército norteamericano que en ese momento combatían en Afganistán. (FILMAFFINITY)
23 de septiembre de 2016
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
La guerra es un gran negocio. Sí, especialmente. Y obedece, como tal, al libre mercado, a la oferta y la demanda, a la competencia y el jugoso juego de oportunidades. Más o menos. O así nos lo plantean.
Y USA es el país de las posibilidades por excelencia. Donde todo el mundo, sí, hasta los más cretinos y patanes, puede hacerse de oro en lo que se tarda en girar o dar la vuelta a la esquina. También nos cuentan eso.
Ya tenemos en la coctelera cinismo de primero mezclado con capitalismo más esperanza, chanchullo y mendacidad a espuertas, de la que consiste en ponerte la zanahoria delante de la frente y azuzarte el deseo para que te muevas, mojes y menees en busca de la ansiada y merecida felicidad, de tu amado sueño, ya que tú, amable ciudadano y pánfilo espectador, seguro que también puedes, si le echas huevos y ganas en esa feliz tarea/misión, lograr eso tan sencillo en aquellas tierras santas, sea, llenarse los bolsillos de dinero en muy corto espacio de tiempo.
Ponle unos cuantos hits musicales molones y véndela, la película, o las armas o lo que sea, por todo el mundo, en las mejores salas.
Vamos, como siempre, que lo que podría ser crítica feliz del sistema miserablemente corrupto y asesino que padecemos/disfrutamos, retrato vigoroso del tinglado mostrenco que tanto nos ocupa y preocupa o sátira feroz de la farsa mundial en la que estamos todos enfrascados de hoz y coz, es cambiado, nos dan el cambiazo por espectáculo inane, banal y chorra en forma de historieta de dos enormes zoquetes, sin vergüenza ni criterio, dos gigantescos bobos que triunfan a lo grande en la jungla gansteril-bélica porque... sí, básicamente, porque así nos lo dicen y no hay otra. Ya que lo que vemos no son más que dos o tres ocurrencias y gracias de estos indocumentados y paletos de impresión que consiguen contratos, superan infiernos y vencen al enemigo por su cara bonita, con la misma facilidad y grosería de un político en plena votación del congreso.
Así que estos dos mequetrefes satisfechos de su inmensa ignorancia y garrulería se pasan el mundo por las carnes, se ríen de todo y se cagan en sus muertos, porque... ,claro, son norteamericanos y es lo que tiene, son los putos amos del mundo y nadie les tose, allí donde van se les abren las puertas de para en par y son recibidos entre aplausos y vítores.
Suben, suben...
Y USA es el país de las posibilidades por excelencia. Donde todo el mundo, sí, hasta los más cretinos y patanes, puede hacerse de oro en lo que se tarda en girar o dar la vuelta a la esquina. También nos cuentan eso.
Ya tenemos en la coctelera cinismo de primero mezclado con capitalismo más esperanza, chanchullo y mendacidad a espuertas, de la que consiste en ponerte la zanahoria delante de la frente y azuzarte el deseo para que te muevas, mojes y menees en busca de la ansiada y merecida felicidad, de tu amado sueño, ya que tú, amable ciudadano y pánfilo espectador, seguro que también puedes, si le echas huevos y ganas en esa feliz tarea/misión, lograr eso tan sencillo en aquellas tierras santas, sea, llenarse los bolsillos de dinero en muy corto espacio de tiempo.
Ponle unos cuantos hits musicales molones y véndela, la película, o las armas o lo que sea, por todo el mundo, en las mejores salas.
Vamos, como siempre, que lo que podría ser crítica feliz del sistema miserablemente corrupto y asesino que padecemos/disfrutamos, retrato vigoroso del tinglado mostrenco que tanto nos ocupa y preocupa o sátira feroz de la farsa mundial en la que estamos todos enfrascados de hoz y coz, es cambiado, nos dan el cambiazo por espectáculo inane, banal y chorra en forma de historieta de dos enormes zoquetes, sin vergüenza ni criterio, dos gigantescos bobos que triunfan a lo grande en la jungla gansteril-bélica porque... sí, básicamente, porque así nos lo dicen y no hay otra. Ya que lo que vemos no son más que dos o tres ocurrencias y gracias de estos indocumentados y paletos de impresión que consiguen contratos, superan infiernos y vencen al enemigo por su cara bonita, con la misma facilidad y grosería de un político en plena votación del congreso.
Así que estos dos mequetrefes satisfechos de su inmensa ignorancia y garrulería se pasan el mundo por las carnes, se ríen de todo y se cagan en sus muertos, porque... ,claro, son norteamericanos y es lo que tiene, son los putos amos del mundo y nadie les tose, allí donde van se les abren las puertas de para en par y son recibidos entre aplausos y vítores.
Suben, suben...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
... caen, caen. Sí amigos, otra vez. Que al final aparecen la CIA, el FBI, la DEA, la TIA, su prima, la vecina, la familia y todo el estado americano de butrón, en aluvión, solo faltó el pato Donald. A buenas horas... o si os gusta más, a la fuerza ahorcan.
Varias curiosidades y observaciones más:
- Ana de Armas. Está rica como el pan de molde (tiene ojos verdes como montaña de esmeraldas, su cuerpo es néctar y ambrosía). Pero su personaje es completamente idiota, puro pegote, moralina estúpida y florero insoportable. Una especie de faro moral que uno se pregunta qué demonios pinta allí. Nos dicen que está llena de escrúpulos en lo referente a la guerra, a continuación se ve que lo olvida y acepta tan ricamente que su marido se convierta en traficante de armas, ve caer millones de dólares encima suyo y lo goza como una loca, no la vemos dar palo al agua en toda la película, tiene una niña y es feliz como una perdiz, y en eso que en un mal traspiés le vuelven los resquemores de repente y venga, que se va de casa, con un par (de ovarios), para volver otra vez como si nada, solo para joder la marrana. Dios... (pero no podía ser soltero el buen muchacho, putero simplemente como su buen amigo, qué cruz tenemos con las parientas de los héroes americanos, qué hartura de mujeres concienciadas y concienzudas).
- Bradley Cooper. Es guapo y tal. Oficio tiene lo suyo. Pero siempre que aparece uno se teme lo peor, blandura, tontería, flojera. Enñoñece, atonta y adormila las películas. Es como un narcótico o una camisa bonita, justo lo contrario de Willem Dafoe. La miras y vale. No más.
- Jonah Hill. Gordo simpático. Sí. Y punto. Como arquetipo de tipo duro con un deje psicópata, no, ni hablar. Le queda muy grande este personaje. Da un poco de pena.
- Miles Teller. Bien. Pero muy soso y parado. Tampoco sirve como inocente y buenazo que se ve metido en líos y sale por peteneras.
- La mirada sobre el mundo exterior es tan condescendiente, despectiva y paternalista que confirma lo que ya de sobra sabíamos, que creen que el mundo solo es el decorado que sirve de medida a sus desafueros y deseos, su patio de recreo, su mamoneo, que les pertenece y que pueden hacer con él lo que les salga de sus santos cojones. Que al resto nos consideran tontos y subdesarrollados, así es.
Ejecución final: se pasa bien y tiene su mérito. Pero suena a pobre remedo o refrito de hermanos mayores que se les adelantaron y a los que tratan de imitar falsificando un carnet de identidad que señala claramente que su obvia minoría de edad. En general, da un poco la sensación de ver a los goonies tratando de hacerse pasar por titanes malosos en peli de mafiosos, y no, más nos parece obra teatral de instituto, parodia de adolescentes tardos, de muy pocas luces.
Te caen bien a pesar de todo, mucho te apiadas de los buenos muchachotes, pero no sirven ni para afilar una navaja robada a los chinos, acabarían manchados de sangre y llorando a mares.
Chichinabo es su nombre.
Varias curiosidades y observaciones más:
- Ana de Armas. Está rica como el pan de molde (tiene ojos verdes como montaña de esmeraldas, su cuerpo es néctar y ambrosía). Pero su personaje es completamente idiota, puro pegote, moralina estúpida y florero insoportable. Una especie de faro moral que uno se pregunta qué demonios pinta allí. Nos dicen que está llena de escrúpulos en lo referente a la guerra, a continuación se ve que lo olvida y acepta tan ricamente que su marido se convierta en traficante de armas, ve caer millones de dólares encima suyo y lo goza como una loca, no la vemos dar palo al agua en toda la película, tiene una niña y es feliz como una perdiz, y en eso que en un mal traspiés le vuelven los resquemores de repente y venga, que se va de casa, con un par (de ovarios), para volver otra vez como si nada, solo para joder la marrana. Dios... (pero no podía ser soltero el buen muchacho, putero simplemente como su buen amigo, qué cruz tenemos con las parientas de los héroes americanos, qué hartura de mujeres concienciadas y concienzudas).
- Bradley Cooper. Es guapo y tal. Oficio tiene lo suyo. Pero siempre que aparece uno se teme lo peor, blandura, tontería, flojera. Enñoñece, atonta y adormila las películas. Es como un narcótico o una camisa bonita, justo lo contrario de Willem Dafoe. La miras y vale. No más.
- Jonah Hill. Gordo simpático. Sí. Y punto. Como arquetipo de tipo duro con un deje psicópata, no, ni hablar. Le queda muy grande este personaje. Da un poco de pena.
- Miles Teller. Bien. Pero muy soso y parado. Tampoco sirve como inocente y buenazo que se ve metido en líos y sale por peteneras.
- La mirada sobre el mundo exterior es tan condescendiente, despectiva y paternalista que confirma lo que ya de sobra sabíamos, que creen que el mundo solo es el decorado que sirve de medida a sus desafueros y deseos, su patio de recreo, su mamoneo, que les pertenece y que pueden hacer con él lo que les salga de sus santos cojones. Que al resto nos consideran tontos y subdesarrollados, así es.
Ejecución final: se pasa bien y tiene su mérito. Pero suena a pobre remedo o refrito de hermanos mayores que se les adelantaron y a los que tratan de imitar falsificando un carnet de identidad que señala claramente que su obvia minoría de edad. En general, da un poco la sensación de ver a los goonies tratando de hacerse pasar por titanes malosos en peli de mafiosos, y no, más nos parece obra teatral de instituto, parodia de adolescentes tardos, de muy pocas luces.
Te caen bien a pesar de todo, mucho te apiadas de los buenos muchachotes, pero no sirven ni para afilar una navaja robada a los chinos, acabarían manchados de sangre y llorando a mares.
Chichinabo es su nombre.