Ella me cae (bien) y la historia es simpática, pero está contada de forma desastrosa sobre todo en el último tramo, con la aparición absurda de la hermana y el mayor protagonismo de la atorrante cotilla negra verdulera guapa.
Cierta libertad y desparpajo, alguna imaginación y bastante escepticismo que quedan lastrados, cojos y mancos, tuertos, tullidos por un guion tontorrón, poco cuidado o trabajado, nada atado, y una resolución de los conflictos atropellada o bastante pobre.
La banda sonora tiene su gracia con como Julio (Iglesias) en los setenta lala la y las/el mariquita(s) de Amalia, Portugal, Viva.
Ella es Woody Allenesca y él es un cielito lindo. Los padres son grotescos y el mundo es un asco chiste malo.
En Francia, como en nuestra patria, todo el mundo escribe lee y el amor está siempre a la vuelta de la esquina, es la mar de encontradizo el puñetero, nunca de él te libras del todo, corre como el viento, no huyas, cobarde, que ya, del pelo te agarro, te cojo, mocho.