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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Drama. Comedia. Romance Un inocente vaquero que participa en rodeos se enamora de una cantante que sólo piensa en triunfar en Hollywood. Él, por el contrario, sueña con fundar una familia y retirarse a su rancho a criar ganado. (FILMAFFINITY)
7 de septiembre de 2014
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película con un final absurdo.
El vaquero y la puta. Virgen y ángel. El garrulo y la corista. Campo o ciudad, pureza o corrupción, el jardín del Edén o Sodoma y Gomorra, burricie o refinamiento, violencia o educación, sinceridad o hipocresía.
Buen salvaje llega a la ciudad en busca de la mujer. Tiene 21 años y casi no sabe lo que son. Allí se da de bruces con la imperial y decadente Marilyn (está fantástica con su aire de inocencia derrotada, de apatía soñadora, un poco pánfila y bastante degradada, que sabe que su cuerpo es su futuro y su inversión, delicada y sensible, tierna y vulnerable, dañada y dejada; un desgarro patrocinado y explotado, donde se confunden su vida y sus personajes; de ahí quizás su tremendo éxito, su inmortalidad, el hecho de que apenas actuaba, de que era así, en carne viva, a pesar del afán que hubo por sofisticarla y domesticarla, por someterla y pintarrajearla; muñeca rota, símbolo doliente de Hollywood y, por tanto, americano como pocos), "pueblerina ignorante" que sueña con triunfar en el cine y que malvive como cabaretera cutre. Flechazo bruto del gañán, a voces y golpes, maniobrando como si estuviera entre vacas y caballos, primario y salvaje.
Él quiere casarse, ella no. Él quiere volver a su Montana natal, ella, emigrar a Los Ángeles. Él no ha conocido mujer, ella, un regimiento de hombres; él es mañanero, ella, nocturna; él no sabe nada, ella sabe demasiado. Él va, ella está de vuelta.
Sencilla historia de contrastes; con un cabaret, un rodeo, un desfile y una parada de autobús; con nieve y sol, con mucho entusiasmo y alguna sordidez. Pocos elementos bien distribuidos y explicados.
Cine añejo (viva el cinemascope), entrañable en su primitivismo, rudeza y candor. Hay buenos diálogos y los personajes están bien definidos, arquetipos de línea clara, con pocos matices pero mucha sustancia. Virgil es el guía moral, el tercer y necesario vértice del triángulo, el que modera y dirige a los enamorados, el que civiliza el caos huracanado y bestial; mediador y espectador, juez y parte; interesante en su papel de negociador bienintencionado; un poco chato pero más ambiguo de lo que parece.
Humor sano que disimula el dolor; optan por una visión optimista e infantil que simplifica y ablanda el contenido peliagudo, el trasfondo amargo y cruel de la historia, el reverso trágico de esa América joven que derrocha fuerza y vitalismo, representada por el simpático Bo; de este modo queda en off todo lo sórdido, presente pero a media voz, sin querer molestar u ofender. Es un intento de velar el sustrato más complejo y sutil, de intentar gustar a todo el mundo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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