Total.
Está demasiado atada a un esquema aburrido convencional narrativo consabido tópico que en su parte final especialmente desvela que todo habían sido nada más que fuegos fatuos, balas de fogueo, tigres de papel, oso depilado, gamberrismo muy limado encarrilado, lo cual no quita que tenga unas cuantas buenas gracias, me chiflan las hostias como panes del retrasado cuando le tocan donde no deben, y que retrate a unos cuantos miserables con mal arte y, claro, verla a ella que es un espectáculo una fiesta, que eso en sí mismo es más que suficiente, valió la pena, siempre de entre todos el mejor chiste, con el que menos te ríes, eres simplemente feliz como un idiota, tristemente, no somos nada, una de polvo mota.
El perro piloto, la vieja quemada, el amigo granujiento, el detective rufianesco, el lisiado o tullido o mutilado de guerra que tal baila, el autoestopista galáctico con tantos muertos en el armario, el deportista insufrible a última hora, freaks, una colección de tarados sin remedio, la corte de los milagros que nos hace el avío poco más o menos durante un tiempo. Se agitan en verdad demasiado para nada, está todo el pescado vendido, para hacer bulto, pobre gente, podían estar estudiando medicina que es lo que nos hace falta.
Sí, lefa, pedos y esas cosas tan ricas que tanto alimentan, para qué negarlo, es la mezcla receta perfecta que triunfó tanto hace un rato, y supongo que todavía ahora, amor y mierda en buen casamiento ayuntamiento, pastel de excrementos como en aquella otra, puño con seda te lo meto, el cielo y el infierno están unidos indisolublemente, son la misma cosa, de la que están hechos los sueños la prima materia, no se pueden partir ni dividir las heces del semen, el sexo de la orina, fluidos amigos, el amor absoluto más desinteresado y puro de la diarrea más buena generosa, somos materia y alma, cuerpo y espíritu, ay ay ay y espanto esputo, nada maniqueos, suelo y aire, esto es lo que viene a decir esta película filosófica de alto copete que por pudor trata de disimular su esencial elevado contenido reflexivo, esa es la pena, al embutirlo en el formato formulario chungo más subnormal de la comedia romántica escatólogica (palabra en clave, dos acepciones, lo ya dicho resumido y concentrado en unas pocas letras de nada) lerda de toda la vida del señor para la familia entera, para los nenes y las nenas, adiós muy buenas.