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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Comedia. Drama Gloria, un ama de casa frustrada, malcasada y adicta a las anfetaminas, vive en una casa de vecinos de un barrio humilde con su marido, que es taxista, sus hijos y su suegra. Compagina las labores del hogar con el trabajo de asistenta en otras casas. (FILMAFFINITY)
28 de mayo de 2022
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con jamón español por supuesto mejor entra, no ha (a) la duda, lugar.
Es un caso cojonudo, Almodóvar. Dice tanto del mundo, de todo.
Significa.
El primero, este jovencito, se caga en la moral convencional (a base de bien, no se puede decir mejor), el de ahora es un santón de padre y muy señor mío, a nada de ser puesto en el panteón, canonizado, llevado en (volandas) o bajo palio.
En esta película, por ejemplo, por no irnos más lejos o más cerca, se ríe (a mandíbula batiente)/alude/disfruta varias veces con jovial fascinación sobre/a/con/entre/en la pedofilia o mejor pederastia, ahí me las den todas, indudablemente uno de los asuntos más tabúes o unánimemente considerados como atroces por todo tanto el personal, el de a pie y el que desde arriba los/nos mea digamos por decir algo y ser si cabe buenos institucional. Bueno, pues nada, oye, o no lo ven o pasan de largo, oídos sordos, ojos que no ven, corazón que no siente, circulen, los mismos, sí, Almodóvar entre ellos también, que luego arrojan la primera piedra o se echan las manos a la cabeza por cuestiones gilipolleces millones de veces menos vidriosas si sosmos fisnos. Lo que demuestra que todo da igual, todo vale y está permitido, no depende de lo que se diga o afirme o sugiera o exalte o se celebre o hasta perpetre, sino de quién lo haga o diga, no del cómo, sino del cuando, ni del donde, sino de qué parte esté/s (d)el poder; sí, puedes proclamar practicar el canibalismo o la violación o el asesinato a sangre fría, el parricidio o el canto gregoriano que si estás de parte de los buenos (es decir, de los que mandan en ese momento, causa y efecto, casualidades de la vida, suelen ir unidas), te lo aplaudirán o se harán los mudos, esa jauría humana, domada, a toque de pito, vendida por una pantomima y un de mortadela bocadillo, sin catar pelo, y lo contrario, se te puede olvidar por un instante saludar al gerifalte de turno con el debido hincamiento de hinojos respeto y ya estás perdido, para los restos, toda la marabunta claque masa borregos se te lanzará/n como plaga de langosta o nieve de termitas encima aunque dones diariamente trillones de dólares a los niños de África los pobres. Así son las cosas o si no me creen, pregúntenle a Pedro o a Gurruchaga que se te lleva al hijo por unos días gratis, a mesa mantel y cama sábana, todos los gastos incluidos, puesto.
Lo mismo que el personaje más luminoso es el de la puta (la prostitución como una de las bellas artes) y majete o perfecto e igual que se juega felizmente con las drogas malas y su disfrute o consumo o tráfico indiscriminado, eso que (quede) claro, a todos gusta tanto (de hecho, la única verdadera adicta es ella, la de las pastillas de farmacia enfermiza).
(Del) Underground al Ministerio de Igualdad aka El Vaticano solo hay un paso, caminos comunicados, los senderos (tampoco) se bifurcan. No(s) es indiferente.
Los mismos (la) collares en/con diferentes perros y perras, ¿de Pavlov o tal vez San Bernardo, el coño la Bernarda?, en el pescuezo con orgullo los llevan, a mucha honra, señas de identidad, a mi razón se hace, mientras el público (agradecido) jadea, (se le) trota, muy en serio, toma.
La cosa es que está bien esta obra molla, me gusta poco más o menos, por su libertad, ingenio, contrahecho, contrario, imaginación asociación y cachondeo y por cierta complejidad que con descaro asoma; ella, a diferencia de lo que dicen por ahí las buenas lenguas los curas que nos rodean, no se libera, pena, de hecho se pone más triste todavía, vaca sin cencerro, simplemente reacciona, palos de ciego, tantea, forcejea, pugna, choca, bambolea, reacciona, apenas más nada, como todos nosotros, hace lo que puede la buena mala señora, qué cabrona.
Y aquí hay mujeres odiosas, un imposible, como Kiti Mánver y de todo algo, cacho a cacho, laberinto (no de muchas pasiones), parecido a ellos, grotescos, eso es lo bueno, manga por hombro, no el cierre (no tan categorial) de las ideologías que meten a presión en olla podrida contradicciones incoherencias y majaderías gordas mentiras para que la pobre gente trague tenga su ración diaria, coma, mame, la doctrina catequesis que todo lo puede.
Lo mejor es el lagarto claro. Y Chus. Y la bien pagá la música alemana. Y Carmen Maura. No tanto el pito minúsculo en el bosque. Y Verónica siempre. No mucho el desparrame del niño prostituido con el beneplácito de la madre dentista tenía que ser mediante, ese actor cantante siempre en el vicio más nefando de cabeza metido, por qué será, oprobio, Dios es Cristo. Y la escena en la que ella la otra Cristal/Scott para más señas goza con el pollón de Jaime, de veras.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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