Lo tiene todo: hits ochenteros, sexo, drogas, mierda, sexo (bruto), treintañera desnortada y patosa (vamos, una Bridget Jones española poco disimulada), blandenguería pringosa sentimental, bodas (por supuesto, ¿quién no ha estado en una?), maternidad histérica, jefas brujas, ex abominables, porno (¿quién no ha visto porno?), YouTube (¿quién... ?), Facebook (¿todavía existe?), las mujeres no saben aparcar, casi todos los hombres son estúpidos y/o miserables, el mundo está lleno de zorras, hay que creer en uno mismo (¿libros de autoayuda quizás?), no hay que ser tan buena que acabas siendo tonta, sexo (con putos a ser posible), gimnasio (¿se puede vivir sin ellos?), perros (un animal nunca hace daño), cómicos televisivos (todas vemos la tele), hits noventeros (¿hay algo que identifique/emocione más fácilmente a una generación?), colorín, algún modelito, pijerío (lo odiamos pero nos gusta)..., y así hasta el infinito.
Muestrario abracadabrante, exacto...; transexuales, políticos, pelotazos, adolescentes empalmados, resacas, músculos sin cerebro, flipadas místico-folladoras, príncipe azul, surf...; sobre todo lo que conocemos, vemos, somos, compramos, consumimos, pensamos, deseamos, nos gustaría, creemos, nos hacen creer, soñamos, asentimos, wasapeamos, copiamos, americanizamos, españolizamos, modernizamos...; esa cosa difusa y, a la vez, precisa que nos define y no dice nada; ese ejército de tópicos adiestrados que supuestamente nos entienden y clasifican; esa ristra de chorradas que debería hacernos reír, afirmar complacidos, que sí, que lo entendemos y que gusto que haya otros que nos lo den debidamente presentado, hay que reconocerlo, magníficamente, con estilo, inteligencia, equilibrio (ni demasiado bestia ni demasiado floja ni demasiado larga/corta/pesada/incorrecta/correcta...), humildad, certeza y rigor convencional.
Te temes lo peor, a ratos espanta tanta obviedad previsible, pero funciona finalmente, como un artefacto perfectamente diseñado y molón. Sí, se pasa bien, lo han logrado, me lo he creído, más o menos, lo suficiente. Vale.