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Voto de Ferdydurke:
6
7,2
8.891
Drama
Grace (Brie Larson) es una joven que trabaja como supervisora en Short Term 12, un centro de acogida para adolescentes en situación de precariedad. Le encanta su empleo y vive entregada al cuidado de los chicos. Pero, al mismo tiempo, pesa sobre ella un pasado conflictivo que la llena de angustia. A raíz del ingreso en el centro de una chica inteligente e inquieta, se da cuenta de que no puede seguir eludiendo los problemas que arrastra ... [+]
29 de julio de 2014
32 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vidas rotas antes de empezar, antes de todo. Las indefensas víctimas de padres desalmados. El centro de acogida como lugar sanador, como pequeña gran familia.
Es una buena película; trata un asunto terrible con inteligencia y sensibilidad, sin apartar la mirada, con una trama bien construida, con buenos personajes, bien desarrollados, buen guion, buenas interpretaciones, mucha claridad expositiva y grandes momentos*.
Pero no es una gran película; está demasiado calculada, conducida, "producida", manufacturada, se le nota demasiado por donde va, es demasiado transparente, se le ven los hilos al marionetista; suena a impostado, a esa naturalidad que no es tal, que a fuerza de querer parecerla, de imitarla, de forzarla, la matan (la historia que cuenta Mason nada más empezar da el tono, esas miradas, esos comentarios graciosos, ese colegueo, la exagerada inocencia del novato...), suena a espontaneidad prefabricada; a lo que hay que sumar el toque indie, el sello inevitable de ciertas historias valiosas para un tipo concreto de público, ciertas coincidencias en la fotografía, la música, los planos..., características que aseguran la calidad pero rebajan la libertad o la sorpresa.
En fin, pesan bastante más los indudables aciertos, el ritmo, la lucidez, la claridad, la precisión y el talento. Se pasa "bien", es entretenida y adulta, es redonda, perfecta en sus intenciones, tiene mucho mérito.
Es una buena película; trata un asunto terrible con inteligencia y sensibilidad, sin apartar la mirada, con una trama bien construida, con buenos personajes, bien desarrollados, buen guion, buenas interpretaciones, mucha claridad expositiva y grandes momentos*.
Pero no es una gran película; está demasiado calculada, conducida, "producida", manufacturada, se le nota demasiado por donde va, es demasiado transparente, se le ven los hilos al marionetista; suena a impostado, a esa naturalidad que no es tal, que a fuerza de querer parecerla, de imitarla, de forzarla, la matan (la historia que cuenta Mason nada más empezar da el tono, esas miradas, esos comentarios graciosos, ese colegueo, la exagerada inocencia del novato...), suena a espontaneidad prefabricada; a lo que hay que sumar el toque indie, el sello inevitable de ciertas historias valiosas para un tipo concreto de público, ciertas coincidencias en la fotografía, la música, los planos..., características que aseguran la calidad pero rebajan la libertad o la sorpresa.
En fin, pesan bastante más los indudables aciertos, el ritmo, la lucidez, la claridad, la precisión y el talento. Se pasa "bien", es entretenida y adulta, es redonda, perfecta en sus intenciones, tiene mucho mérito.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
*La canción de Marcus y, especialmente, el cuento de Jayden son pequeñas joyas, pequeñas historias dentro de la historia, bellos y tristes cuentos dentro de la "novela", perfectos en su desgarro y verdad, maravillosas metáforas.
El final les delata: se cierra el círculo; comienzan con una leyenda (el poder curativo de la narración, a través de la palabra se curan las heridas, se cambia la pena por el juego) y acaban con otra (los mitos surgidos del sufrimiento y la camaradería de los "marcados", la solidaridad, las lágrimas y sus pequeños/grandes triunfos). Happy End: final convencional que tanto gusta al cine americano, les gusta demasiado la fórmula: mundo corrupto versus buena gente; a pesar de toda la injusticia, la gente mala, las heridas sangrantes y toda la amargura, a pesar de eso, de tanto lastre, siempre están los otros, los que se ocupan de nosotros, la buena gente que nos cuida y entiende, que nos guía, que pasaron por ello y lo saben todo, que se quieren y nos quieren..., los que, inevitablemente, serán felices y comerán perdices.
El final les delata: se cierra el círculo; comienzan con una leyenda (el poder curativo de la narración, a través de la palabra se curan las heridas, se cambia la pena por el juego) y acaban con otra (los mitos surgidos del sufrimiento y la camaradería de los "marcados", la solidaridad, las lágrimas y sus pequeños/grandes triunfos). Happy End: final convencional que tanto gusta al cine americano, les gusta demasiado la fórmula: mundo corrupto versus buena gente; a pesar de toda la injusticia, la gente mala, las heridas sangrantes y toda la amargura, a pesar de eso, de tanto lastre, siempre están los otros, los que se ocupan de nosotros, la buena gente que nos cuida y entiende, que nos guía, que pasaron por ello y lo saben todo, que se quieren y nos quieren..., los que, inevitablemente, serán felices y comerán perdices.