La gallinita ciega. Corre que te pillo. Al escondite inglés. Sainete. Vodevil. No me chilles que no te veo.
Increíblemente rebuscada y encontradiza (causal/casual) y forzada. Inverosímil. Cansina.
Vértigo. Él es un muermo muy mal actor, el amigo nada pinta, hace bulto, Diane es la mujer más bonita o mejor guapa del mundo pero aquí no cuaja y Rose sí, perversidad, a espuertas, fue del amor toda la culpa, lo borda, pero se pasan de rosca, agotan, al más pintado. La gota derrama, arruina, el brindis, la copa, las heces rebosan.
El juego del amor es caza menor despiadado y cruel. La ronda de Max Ophüls. Cupido estúpido está ciego, no atina una, nunca en da en la diana, yerra, nadie con quien realmente quiere o incluso merece está, lotería, o solo por un rato efímero, no merece la pena, mucho mejor Onan (rezar a) o el casamiento en barbecho de tanta conveniencia a su vuecencia lleno, con arras y curso prematrimonial (toda la pesca santa) en la más cercana iglesia para toda la vida, la eternidad y un día, a la antigua usanza como dios manda, nada de mariconadas a primera vista que el diablo las carga y, todos, como de la aurora el rosario acaban, sordomuda, bruta, testa, dura.
Demasiado tontorrona, hay que ponerle mucha fe, nos piden al espectador un esfuerzo ímprobo, hercúleo, ni en clase de religión ni con el Creador, para seguir el ritmo o el juego, para creerte algo o que te importa una mierda, reverenda.
Yo me planto al de un rato. Me bajo. Lo siento. No soy de la partida. Os dejo tirados. Que os ondulen. Bebe Seltz.