Un, dos, tres, cuatro... mambo. De Jalisco la conga.
Desaparece uno y van a buscarlo donde el encargado que les dice que donde el jefe que les dice donde la policía que desaparecen dos que van a buscarlos donde el encargado que les dice donde el jefe que les dice donde la policía que desaparecen otros dos que van a buscarlos donde el encargado que les dice donde el jefe que les dice donde la policía...
Y el encargado, claro, no sabe nada, solo recibe cumple órdenes, es un mandado, y el jefe pues parecido, es al respecto un gran ignorante, que seguro que se han ido de parranda, con las malas mujeres y la mucha bebida, por supuesto.
Vamos a hacer una comedia, comentan los malosos a eso de la mitad de la película, pero en realidad fue así desde el mismo principio, joda, reflexión cómica, entre bromas y veras, sobre un montón de cosas o asuntos como si nada, desde el político o dale a Juanillo un carguillo si quieres bien conocerle, al mismo Bruce que tanto se nos corrompe en un periquete, se pasa al lado oscuro en cuanto puede, poder prueba, se le olvidan a todo correr todos sus valores, amigos, novias, desaparecidos y hasta si me apuras su propia madre si te pones y tan rápido que se va a la jodienda y los picos pardos, de putas y borrachera y la otra que le pilla con la manos en la masa de resaca, al profesional con huelgas generales, capataces, lucha de clases la mar de sindicales, paros totales, a la amistad que lo parte, la muerte omnipresente, el honor tan casi siempre ausente y la extranjería, la disciplina, la burocracia, la felonía y lo que tú más quieras.