La peli hubiera estado de puta madre, mucho mejor qué duda razonable cabe, si el pasmado panoli este se hubiese liado malamente, muy sexual carnalmente, con la abuela todavía de buen ver aunque algo disimule, una pasión de despeñaperros para abajo nunca mejor dicho, y que se hubieran liado la manta a la cabeza y los hubiesen mandado a tomar por culo al resto todo, a la parentela entera, a la rubia de toma pan y moja, al niño pirulo (Fisher y Menuhin), al sheriff cretino pelma, cansino con el cerebro de mosquito, a los canes horrorosos, venga, fuera, cabrones, gorrones, con viento solano o fresco, haced la maleta, que este es nuestro momento tanto tiempo esperado deseado, ha llegado, para quedarse, el de gozar como leones o tritones a la vejez viruelas, ella se hubiera agarrado a él desesperadamente, con furia española, como a un clavo ardiendo, a sabiendas de que a estas alturas ya no se iba a ver en otra, carne fresca, y él otro tanto, o qué mujer joven con dos dedos de frente iba a cargar con semejante muerto viviente, mostrenco prospecto, con un ser humano frío como una serpiente, con la sangre de horchata, el cerebro derruido hecho mierda, el alma embotada y las ganas en la luna de Valencia.
Obra maestra.
Reconozco que he visto anuncios de miel (de la granja San Francisco) y/o mantequilla (del último tango en París llegada expresamente para la ocasión) con menos gracia/guasa que esta cosa pavorosa melosa.
Arregla una casa abandonada, arregla un tractor averiado viejo, arregla un barco de Chanquete, arregla a un criajo como vaca sin cencerro, arregla a una fémina necesitada la pobre y no pide tampoco tanto a cambio, solo que el destino cumpla su cometido, diga la suya, esta boca es mía, estamos en manos de sus inescrutables designios, como dicen siempre las brujas más conspicuas, los tarotistas más egregios, los nigromantes tan redichos, los quiromantes que todo lo saben, prestigiosas gentes, yo te leo digo preveo el futuro, ahora la piedra está en tu tejado, en tu mano que se haga realidad, ponte manos a la obra, no cejes en el intento, no te rindas, lucha, persevera, resiste, que yo tampoco hago milagros ni tengo la última palabra, luego no te quejes si las cosas no salen debidamente, al maestro armero, carajo, majo, vamos.
Muerto el perro se acabó la rabia.