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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Western Owen Merritt (Randolph Scoth) es un hombre de pocas palabras, extraordinaria puntería y principios firmes, que ha de tragarse su orgullo cuando la mujer a la que ama se casa con otro por dinero. Pero cuando el marido, celoso, jura destrozar el rancho de Merrit, éste tendrá que defenderse. (FILMAFFINITY)
23 de mayo de 2013
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wéstern de historia simple y maniquea que comienza con fuerza y va perdiendo interés progresivamente hasta un final muy flojo.
El guion es sólido, hay buenos diálogos y la trama y los personajes están bien delineados. El fallo es su desarrollo, su falta de coherencia, el perderse en tiroteos y persecuciones sin sentido, su infantilismo y obviedad, que los personajes no evolucionen, su rígido esquematismo y lo mal resuelta que está.
Ahora vamos a lo importante: Randolph Scott; ese actor que debe ser el anticristo para los actores del método, el hombre sin gesto, paralizado de cuello para abajo y que solo nos concede una mueca irónica y ambigua. Un actor que marca el tono de las películas; esa economía de gestos y sobriedad transforma su cine en crónicas sobre un samurái imperturbable que vive en su propio ecosistema (como si estuviera encapsulado, liofilizado) y que provoca que los demás parezcan inútilmente agitados, que se esfuerzan en vano (tanto para qué), cuando todo inexorablemente acabará haciéndose a su manera; sus deseos serán ordenes y su destino sera el DESTINO.
Motor inmóvil, causa primera, Dios con sus creaciones, rey con sus súbditos: todos bailan su son. Flautista de Hamelín que, con su displicencia y magnanimidad, perdona y castiga, juzga y reparte, ordena y manda. Su capacidad de atracción es infinita: todas las mujeres caen rendidas a sus pies y los hombres suelen pagar con la vida su estupidez y osadía; el no darse cuenta de que cada minuto que viven es gracias a él, a su inmensa benevolencia.
Esta presencia, este anti-actor, logra imponerse a partir de los años 50 (creó su propia productora) y hace un cine (el CINE) en el que los directores que mejor le entienden son André de Toth y, sobre todo, Budd Boetticher. Durante esta última época acumula wésterns de poca duración, pétreos, esculpidos en mármol; pelis de serie B brutales en su rotundidad minimalista, en su nimiedad y simplicidad.
En el 62 rodó su última película: "Alta Sierra" de Peckinpah.
Las noticias dicen que murió en el 87 a los 89. Yo creo que no. Estoy convencido de que nos observa, se ríe y nos perdona.
Ferdydurke
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