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España España · Ciudad Real
Voto de Tio Penthal:
5
Drama Cecil Gaines (Forest Whitaker) fue mayordomo jefe de la Casa Blanca durante el mandato de ocho presidentes (1952-1986), lo que le permitió ser testigo directo de la historia política y racial de los Estados Unidos. (FILMAFFINITY)
13 de octubre de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El verde, of course. Yo me imagino que habrá sectores dentro de los negros (¿se puede decir así?) que disfruten una barbaridad, e incluso un buen puñado de rostro-pálidos que purguen sus pecados raciales viendo The butler y derramando alguna lagrimita por el pueblo oprimido, pero ¿donde encajamos el resto de la humanidad?.
Pues asistiendo a como nuestros productores favoritos hacen caja y Lee Daniels opta un saco de Oscars castigando nuestros intelectos y pateando nuestras almas, como hizo en Precious. Lo cierto es que The butler es una película eficaz accionando los resortes que todos los aficionados al cine conocemos (y tememos), pero es a la vez tramposa, manipuladora y mediocre a más no poder. Películas sobre el sufrimiento de los afroamericanos hay muchas, y todas mejores que esta especie de Forrest Gump en la que un gran Whitaker ve pasar presidentes por su lugar de curro y los guionistas tratan de hacernos creer que ha influido en ellos. Entiendo perfectamente que los historiadores, y amplios sectores de la gente de color se sientan ofendidos por el carrusel de inexactitudes, verdades a medias y tópicos con los que somos obsequiados. Para empezar, se asume que el espectador es o experto en el tema o lerdo, puesto que se nos sugieren hechos importantes sobre la lucha por los derechos civiles que no se explican, se dan saltos en el tiempo sin aclarar que ha pasado o, lisa y llanamente, se falta a la verdad: el tratamiento dado a los presidentes blancos es un disparate, dando un par de lineas de dialogo a tipos maquillados a lo Chanante ("¡Hola, soy Ronald Reagan...Reagaaaanrrll..!!"), mostrando imágenes de apaleamientos y demás, pero sin dar una narración coherente de donde se parte, a donde se llega y por qué.
Se puede argumentar que en realidad la película se centra en la historia familiar del protagonista, pero eso no es verdad: todo el desarrollo es un panfleto con intención de reivindicar temas concretos (absolutamente respetable), y lo menos que podían haber hecho es una recapitulación didáctica, y no limitarse a juntar en el casting a todos los negros famosos del país (Lenny Kravitz, qué poco molas...) y recurrir a la lágrima fácil. En definitiva, cine de intenciones muy concretas pero concebido para llegar a grandes sectores de público y con una calidad artística cuestionable a excepción de algunas interpretaciones. Eso sí, si Oprah Winfrey la ha recomendado, habrá que verla.
Tio Penthal
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