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Voto de Feng Lanzhí:
9
7,3
888
Drama
Nueva York, principios del XX. Crónica de la vida de una humilde familia de inmigrantes irlandeses que reside en el barrio de Brooklyn. El padre es un hombre amable, pero con problemas de alcoholismo; la madre una mujer luchadora, y la hija pequeña es una chica brillante que sueña con salir del barrio para emprender una nueva vida. (FILMAFFINITY)
16 de septiembre de 2018
12 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Elia Kazan tuvo un debut formidable, con la adaptación de la novela “Un árbol crece en Brooklyn”, de Betty Smith. Era una historia sencilla pero conmovedora, que hablaba del futuro de los jóvenes, del sacrificio de sus padres por ellos y del equilibrio entre la vida práctica y las ilusiones.
Inolvidables las estupendas interpretaciones de los protagonistas. James Dunn encarnaba al padre, Johnny Nolan, un camarero cantante, soñador y afable, pero sin capacidad real para mantener a su familia. Dorothy McGuire, era Katie, la mujer trabajadora, que mostraba en ocasiones cierta frialdad por su carácter práctico, y Peggy Ann Garner, interpretaba a Francie, la adorable niña que representaba un futuro abierto a lo mejor. Junto a ella también brillaba la simpatía del hermanito pequeño (Ted Donaldson).
En 1945, cuando los Oscar tenían algún sentido, fueron galardonados James Dunn como actor secundario y la maravillosa niña Peggy Ann Garner, que entonces tenía 13 años, con un premio especial.
La brillante filmografía posterior de Elia Kazan ha ocultado esta joya de sus comienzos. Dedicada a todos aquellos que luchan a diario y se sacrifican por el porvenir de los niños.
Inolvidables las estupendas interpretaciones de los protagonistas. James Dunn encarnaba al padre, Johnny Nolan, un camarero cantante, soñador y afable, pero sin capacidad real para mantener a su familia. Dorothy McGuire, era Katie, la mujer trabajadora, que mostraba en ocasiones cierta frialdad por su carácter práctico, y Peggy Ann Garner, interpretaba a Francie, la adorable niña que representaba un futuro abierto a lo mejor. Junto a ella también brillaba la simpatía del hermanito pequeño (Ted Donaldson).
En 1945, cuando los Oscar tenían algún sentido, fueron galardonados James Dunn como actor secundario y la maravillosa niña Peggy Ann Garner, que entonces tenía 13 años, con un premio especial.
La brillante filmografía posterior de Elia Kazan ha ocultado esta joya de sus comienzos. Dedicada a todos aquellos que luchan a diario y se sacrifican por el porvenir de los niños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Hay una secuencia que se me quedó especialmente grabada:
El padre, Johnny, llega a su nueva casa, tras un traslado obligado por la pobreza. El lugar es deprimente y Johnny queda decepcionado. Además se entera de que ha muerto una pequeña vecina que se encontraba enferma, lo que da lugar a un agrio comentario de su esposa. Los dos se dedican miradas duras que esconden algún reproche. La antigua propietaria había dejado un viejo piano de manera provisional, mientras tramita su traslado, y Johnny comprueba que está bien afinado. Exclama entonces: “Ahora Francie podría dar algunas lecciones”, pero inmediatamente se arrepiente de lo dicho. Y se ensombrece el rostro de la niña. Entonces Johnny canta con tristeza la canción “Annie Laurie”. Su esposa menciona que es muy bonita, pero él la ignora y sigue cantando más fuerte. Katie se marcha disgustada y el rostro de Francie se entristece más aún.
El padre, Johnny, llega a su nueva casa, tras un traslado obligado por la pobreza. El lugar es deprimente y Johnny queda decepcionado. Además se entera de que ha muerto una pequeña vecina que se encontraba enferma, lo que da lugar a un agrio comentario de su esposa. Los dos se dedican miradas duras que esconden algún reproche. La antigua propietaria había dejado un viejo piano de manera provisional, mientras tramita su traslado, y Johnny comprueba que está bien afinado. Exclama entonces: “Ahora Francie podría dar algunas lecciones”, pero inmediatamente se arrepiente de lo dicho. Y se ensombrece el rostro de la niña. Entonces Johnny canta con tristeza la canción “Annie Laurie”. Su esposa menciona que es muy bonita, pero él la ignora y sigue cantando más fuerte. Katie se marcha disgustada y el rostro de Francie se entristece más aún.