Para mí la mejor de las películas de Roger Corman inspiradas en los relatos de Edgar Allan Poe. Me aterrorizó bastante en la infancia y vista años después, y a pesar de algunas ingenuidades, como esas gigantescas telarañas, me sigue pareciendo estupenda, gracias a un guion, escrito por Richard Matheson, que ofrecía varios momentos inolvidables (spoiler).
Siglo XVI. En un castillo que se alza junto al mar vive Nicholas Medina, atormentado por la muerte accidental de su esposa, Elizabeth, en una sala de torturas. Dicho escenario, con una larga historia de crímenes detrás, fue construido por su padre, un temible inquisidor. Además, Nicholas, al borde de la locura, teme haber enterrado viva a su esposa. Por ello empieza a pensar que el fantasma de Elizabeth regresará de entre los muertos para vengarse.
Realmente impactante cuando se ve por primera vez. Esa sala de torturas agita nuestra imaginación sin ninguna necesidad de secuencias truculentas. Recomendable para aficionados al terror clásico y a una pareja colosal en el género, Vincent Price y Barbara Steele.