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Voto de Messer E Vork:
7
7,8
10.512
Intriga. Drama
En un pequeño pueblo de provincias, cercano a la capital, vive una familia compuesta por tres hermanos: la dominante y severa Ignacia y los tímidos y retraídos Paquita y Venancio. La monotonía de la vida del pueblo sólo se rompe los sábados cuando llega un conjunto musical de Madrid para amenizar con sus canciones el fin de semana. Un sábado de tormenta, Paquita y Venancio, que son muy miedosos, oyen ruidos y van buscando protección a ... [+]
8 de diciembre de 2011
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fernando Fernán-Gómez consigue que la vida en un pueblo que no recuerdo quién definió como "el gemelo malvado de Villar del Río" (el pueblo de Bienvenido Mister Marshall) resulte tan entrañable y hasta cierto punto cómica como terrible a la vez. Un lugar cerrado y gris, donde todo el mundo espías y vigila a sus vecinos, ya sea por mero vouayerismo erótico (los viejos verdes mirones), por deseo de burlarse de alguien (los jóvenes que observan y tiran piedras a los viejos que espían a "la casquivana" Angelines) o por el mero y tradicional cotilleo crítico-destructivo tan ligado a los corrillos de amas de casa maduras o de abuelas vestidas de negro.
En este ambiente de forzada autorepresión (quien no se reprime se expone al desprecio general) florecen las perversiones y sobre todo las ansias de huir, de irse lejos de todas esas miradas acusadoras, reprobatorias o condescendientes. Y a raiz de esa ansia de libertad que germina en varios de los embrutecidos personajes, se genera una historia que tiene mucho de trhiller aunque no lo aparente, una historia reflejo de una época que resulta interesante de visionar y que merecería de mayor reconocimiento.
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Más críticas en:
https://unblogacincoalturas.wordpress.com/
En este ambiente de forzada autorepresión (quien no se reprime se expone al desprecio general) florecen las perversiones y sobre todo las ansias de huir, de irse lejos de todas esas miradas acusadoras, reprobatorias o condescendientes. Y a raiz de esa ansia de libertad que germina en varios de los embrutecidos personajes, se genera una historia que tiene mucho de trhiller aunque no lo aparente, una historia reflejo de una época que resulta interesante de visionar y que merecería de mayor reconocimiento.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al final, Larrañaga confiesa y, mientras su destrozada novia mira desde la ventana de su casa, la guardia civil lo saca esposado ante la mirada de todo el pueblo, que reunido contempla la escena y sigue al arrestado. En ese momento, aparece el FIN.
Fernán Gómez no tenía ese final en mente. El desenlace original continuaba la escena. Larrañaga y su "séquito" de guardias y curiosos pasa por debajo del balcón desde donde mira la mercera, quien a duras penas contiene el llanto. Él intenta pararse para mirarla, pero los agentes le empujan para que siga caminando. Y uno de los abuelos que van detrás alza la cabeza y saluda a la muchacha, tras lo cual le dice con cruel sorna "¡Enhorabuena!". La mercera no puede más y rompe a llorar, histérica, tirándose sobre la cama donde estaba puesto su frustrado y posiblemente ya nunca estrenado ajuar de boda. FIN
El final de Fernán-Gómez es sin duda más demoledor, pero sin que sirva de precedente yo prefiero el desenlace abrupto que impuso la productora, más que nada porque prefiero un final amargo a un final muy, muy amargo. Cosas mías.
Fernán Gómez no tenía ese final en mente. El desenlace original continuaba la escena. Larrañaga y su "séquito" de guardias y curiosos pasa por debajo del balcón desde donde mira la mercera, quien a duras penas contiene el llanto. Él intenta pararse para mirarla, pero los agentes le empujan para que siga caminando. Y uno de los abuelos que van detrás alza la cabeza y saluda a la muchacha, tras lo cual le dice con cruel sorna "¡Enhorabuena!". La mercera no puede más y rompe a llorar, histérica, tirándose sobre la cama donde estaba puesto su frustrado y posiblemente ya nunca estrenado ajuar de boda. FIN
El final de Fernán-Gómez es sin duda más demoledor, pero sin que sirva de precedente yo prefiero el desenlace abrupto que impuso la productora, más que nada porque prefiero un final amargo a un final muy, muy amargo. Cosas mías.