Ésta es, en opinión unánime de los críticos, la película que más fielmente reproduce la historia que creó Bram Stoker hace dos siglos. Ciertamente, las similitudes con el libro son considerables, pero si ésta es la más fiel uno puede hacerse una idea de lo infieles que han llegado a ser las demás (cosa lógica, ya que en realidad la adaptación de mayor fama, en 1931, no se basaba en la novela de Stoker, sino en una obra de teatro que a su vez se basaba muy libremente en ella).
Exceptuando la trama central del romance atemporal entre Drácula y Mina y bastantes sucesos que cambian para amoldarse a ella, se respeta prácticamente todo el esqueleto del libro. Además, y eso es algo de lo que no pueden presumir las demás adaptaciones, todo el plantel de personajes originales de Stoker han sido trasladados al celuloide sin excepción y sin grandes cambios respecto a como se les describe en papel, aunque hay un par de casos en los que las modificaciones son patentes: me refiero a Lucy, que pasa de casta doncella a pija ligera de cascos, y a Van Helsing, que como ya han dicho aquí parece estar bajo los efectos de algún alucinógeno. Otro cambio patente es el erotismo explícito que abunda en el metraje, que puede gustarte o no gustarte; en mi caso ni me gusta ni me disgusta, pero creo que no es un elemento imprescindible para narrar esta historia.
Respecto a los actores, la mayoría están correctos en su papel, excepto Hopkins (por lo que he dicho antes de su personaje) y Oldman al principio (cuando está maquillado de anciano, que está ridículo).