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Voto de Fernando Garín:
9
Drama. Romance Gabriel acaba de mudarse con Juan. Tímido y reservado, Gabo se resiste a seguir las manos errantes y las miradas poderosas de Juan. Con una pasarela de bellezas saliendo de la habitación de Juan, su machismo parece estar firmemente en su lugar. Sin embargo, la atracción entre los dos hombres es innegable. Lo que comienza como una relación sexual basada en la conveniencia de la ubicación, pronto se convierte en la fascinante evolución de ... [+]
14 de noviembre de 2019
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esas son las dos palabras que me brotan si tengo que hablar de “Un rubio” (Marco Berger, 2019). Seguramente, ustedes recordarán la historia de dos cowboys errantes que se encuentran en una recóndita montaña donde dejan aflorar sus ocultas pasiones, lejos de las miradas reprobadoras y odiosas del resto. Ennis y Jack luchan, a su manera, por mantener a salvo la llama de su infinita pasión a pesar de la homofobia imperante. La dolorosa historia de amor de “Brokeback Mountain” es retomada por Berger en una versión libre, que resulta ser un hermoso (y mal llamado) remake contemporáneo y urbano. Juan evoca al inolvidable Ennis del Mar, destinado a luchar (y a perder) contra su homofobia interiorizada, mientras Gabo resucita al entrañable Jack Twist, que sabe lo que desea pero no consigue alcanzarlo. Ante la adversidad, hay amantes que apuestan por luchar y amantes que se rinden. Y Berger demuestra una inteligencia y sutileza abrumadoras al adoptar esta historia perenne, convirtiéndola en algo completamente diferente. Logra concentrar el mundo entero en un piso con terraza. Su ritmo es lento, sí. Pero hay procesos afectivos que son irremediablemente lentos, y no por ello pierden intensidad. La riqueza de recursos cinematográficos de “Un rubio” suplen con crecen sus carencias materiales. Porque no hay nada más clandestino que los besos que se borran, ni plano más hermoso que la lágrima que recorre el rostro de Gabo en un ensordecedor silencio. O el tren, esa hermosa metáfora que conecta a ambos personajes, del mismo modo que la montaña es el espacio simbólico donde Jack y Ennis mantienen a salvo sus recuerdos.
Todo en ella es conmovedor y doloroso. La pequeña Ornella resulta la única y esperanzadora grieta en el inquebrantable muro de la opresión. Con una simple frase, emerge la esperanza de un futuro mejor (aunque sea para otros).
No he dado cuenta de mi indignación todavía. Esta se debe a la irritante constatación de que esta joya del cine LGTB no vaya a ser exhibida en las salas comerciales españolas. Sin duda, un fenómeno inexplicable y lamentable, teniendo en cuenta que su director acaba de recibir el Premio de Honor en el LesGaiCineMad hace pocos días y que le avala una filmografía muy reseñable. Sé que existen otros canales para hacerse con ella (DVD a la venta) y espero que los espectadores ávidos de historias honestas y sobrecogedoras sepan aprovecharlos. Pero duele. Y créanme, me encantaría poder decirles: no dejen de ir a verla.

Fernando Garín Jansa (IG: fernandogarin_)
Fernando Garín
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