Todo el mundo recuerda la excelente escena de la merendola de 50 huevos en una hora de Paul Newman en el que apuestas y más apuestas se van sumando. Aunque yo prefiero otras como el combate entre Newman y George Kennedy o cuando en una de las huídas de Paul se encuentra a dos chicos negros. También me encanta ese inmenso final y un principio adecuado. Pese a durar sus más de dos horas no se hace pesada y disfrutas de la película gracias a una gran dirección de un inspirado Stuart Rosenberg que sabe desarrollar de manera notable el guión que tiene entre manos y gracias a un inmenso Paul Newman que está igual de carismático que siempre haciendo otra gran interpretación y a un bonachón George Kennedy el cual está sencillamente colosal. Y esto sin desmerecer al resto de personajes secundarios. Una gran película carcelaría con la que disfrutar de una gran historia y de dos actuaciones antológicas. Muy buena.