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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
7
Cine negro. Thriller. Intriga Un paciente psiquiátrico asesina a un conductor de autobús. Luego entra en un bar y, cuando es sitiado por la policía, toma a los clientes como rehenes. (FILMAFFINITY)
31 de octubre de 2012
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El prácticamente desconocido Gerald Mayer, es el firmante esta modesta producción en la que un grupo de personas quedan retenidas en un bar por un peligroso perturbardo, Gunther Wycoff (Marshall Thompson), escapado de una institución psiquiátrica y empeñado en ver al psicólogo que le trató .
Destaca de este film de estilo "noir" un buen guión que nos permite ir deduciendo todo el argumento de forma indirecta, a través de los diálogos de los personajes. El protagonista, apenas habla durante gran parte del metraje y sólo cuando lo hace, vamos aclarando su situación, pese a que se permiten algún que otro giro de guión. Así, en muchos momentos la atención se desvía hacia el conjunto de rehenes retenidos en un triste bar de la ciudad (que en la ficción se llama Terminal City). El varipinto grupo, quizás hubiera dado pie a tirar de estereotipo representativo de algún tipo social. Sin embargo, los personajes atrapados allí, no parecen representar más que así mismos, atrapados por casualidad en un momento de sus vidas, empezando por el barman, un tipo cínico que no parece importarle nada, un periodista que no se acaba de decidir en dejar su trabajo, un hombre casado a punto de iniciar una aventura con una mujer excesivamente coartada por su madre, y un camarero preocupado por su mujer. Frente a ellos, los agentes de policía apenas tienen gran entidad más allá de "fuerzas del orden" pero más como un concepto general. La verdad es que Mayer apenas deja espacio para que empaticemos con nadie.
Otro elemento a reseñar es la excelente puesta en escena, en la que prácticamente nada queda al azar, en especial desde el momento en que Wycoff retiene a los ocupantes del bar. Por otro lado resulta excelente el hecho de planificar la acción casi en tiempo real, con la presencia casi omniscente de un reloj cuyas manecillas avanzan lentamente. Frente a esto, destacar que pese a los 90 minutos de metraje, Mayer aún consigue sacar tiempo para reflejar la actitud de los medios de comunicación (por cierto, no muy diferente a la actual), llegando incluso a sacar un plano en el que secuestrador y secuestrados contemplan las imágenes de su propio secuestro.
Pero lo más interesante de todo es la mirada poco complaciente de la sociedad norteamericana, no sólo por algunos de los secuestrados, sino por el trauma que presenta el secuestrador. Mayer nos da unas cuentas pinceladas sobre una sociedad que comienza a generar tipos algo "tocados", aunque tampoco lo termina de desarrollar por falta de espacio.
"Dial 1119" es lamentablemente un film prácticamente olvidado a día de hoy. Pero quien lo descubra se llevará más de una sorpresa.
manulynk
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