El realizador Robert Aldrich nos cuenta una historia oscura sobra la relación de dos hermanas que tuvieron su momento de gloria, Jane Hudson (Bette Davis) como estrella infantil, y Blanche Hudson (Joan Crawford) como estrella de Hollywood a quien un accidente provocado al parecer por su hermana ha dejado postrada en una silla de ruedas. Los primeros minutos del metraje son dedicados a mostrarnos brevemente los momentos de fama de cada una de las hermanas, para seguidamente situar rápidamente a ambas hermanas, ya entrando en la madurez, viviendo juntas, y no muy bien avenidas que digamos.

Ya en el prólogo el realizador nos muestra de lo efímera que es la fama, con breves capítulos en el que ambas hermanas están en la cima de su carrera. Pero años después, ya nada queda, excepto dos viejas decrépitas, que no dejan de mirar al pasado, asus respectivos momentos de gloria, negándose a aceptar la realidad. El duelo entre Bette Davis y Joan Crawford está servido. La elección por parte de Aldrich no se antoja casual. Ambas estrellas estaban ya encarando el ocaso de sus carreras, y para recordar tiempos mejores tenían que echar la vista atrás. Lo mismo que los personajes que interpretaban. Además tampoco había una muy buena relación entre ambas. Las anécdotas de las trastadas que se hicieron entre ellas se pueden localizar fácilmente por internet.

Esta mala relación favoreció el clima del film, lleno de tensión que es palpable cada vez que ambas actrices compartían plano. De hecho, el realizador nos ofrece un relato estremecedor, con cierta retirada terrorífica, sobre la oscuridad y la miseria del alma humana. Las protagonistas son incapaces de asumir que los tiempos han cambiado y que el mundo no gira a su alrededor, llegando a situaciones demenciales. Asimismo, apenas hay connotaciones positivas, ni cuando eran famosas en que se mostraban despóticas y caprichosas, ni cuando pasó la fama, que es el momento en que aflora el egoísmo, los celos,la envidia, e incluso la crueldad.

Aldrich planifica la mayor parte de la acción en la casa donde viven ambas hermanas, utilizando unos pocos espacios, aunque con inteligencia, hay salidas puntuales, elipsis, e incluso cambios en el foco de atención, utilizando un par de personajes (las vecinas que viven en la casa contigua que aparecen y desaparen y el joven compositor),con los que consigue distraer la tensión durante unos instantes y le sirve de válvula de escape. Y es que la tensión va subiendo el nivel poco a poco, hasta que cuando parece que ya ha tocado techo, llega la revelación final, la que demuestra el alma negra que ambas mujeres tienen y que tras muchos años se acaba destapando en toda su dimensión.

Sin duda se trata de una excelente película en que la que el duelo interpretativo de dos magníficas actrices, no deben hacernos olvidar los múltiples matices que hay a lo largo del metraje.