Quien busque una película trascendental en su filosofía saldrá decepcionado, quien busque una película de vampiros, aunque sea al tierno estilo de la genial "Entrevista con el Vampiro", saldrá decepcionado. Quien entre al cine con una mente en blanco, dispuesta a recibir y disfrutar cualquier cosa que la pantalla nos lance, saldrá mas que satisfecho por la puerta y con una de esas tímidas sonrisas que te duran el resto de la noche. Creo que eso es lo realmente necesario para poder apreciar esta propuesta de Jarmusch. Mantén fuera cualquier expectativa o prejuicio que puedas tener por lo que hayas oído o leído sobre la cinta. Siéntate en tu butaca, relájate, y no ofrezcas resistencia a la suave presión que poco a poco te irá mandando a un lugar donde de repente te sentirás muy a gusto. Empatiza con la propia forma de ser que nos muestran sus dos genialmente caracterizados personajes y disfrutarás cada momento, cada imagen, cada sonido... Cada sorbo de sangre; bebe de esa copa muy muy despacio y saborea lo sutil y lo simple como si fuesen manjares. A falta de grandes pretensiones, creo que ese es el verdadero mensaje que nos quiere dar Jarmusch. Quien mejor para enseñárnoslo que dos seres cuyo mayor poder y maldición es la de mantenerse eternamente jóvenes. Ellos lo han visto todo, y también han intervenido ocasionalmente de forma mas o menos indirecta en la historia de la Humanidad y su cultura. Todo esto, compartido por Adam (Tom Hiddleston) y Eve (Tilda Swinton), ambos genial, se nos hace presente a lo largo del metraje por fugaces gestos de nostalgia, sutiles y tiernas referencias a grandes mentes de la Humanidad, paseos bajo los techos de las ruinas de un pasado mas brillante... Teniendo el mismo camino andado, el mismo modo de vida, cada uno de los dos amantes chupasangre ha evolucionado de una forma distinta, volviéndose a la misma vez forzosamente complementarios. Ahora parece que las cosas han cambiado, nuestros protagonistas deben andarse con cuidado de no beber la sangre de una sociedad cada vez mas intoxicada y corrompida. La película parece no avanzar a ninguna parte, se puede hacer lenta, pero... cariño, tenemos todo el tiempo del mundo.