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Voto de Antonius Block:
7
Drama Reconstrucción de las memorias de Miss Grace Eliott, una inglesa monárquica que vivió durante la Revolución Francesa y que tuvo una relación amorosa con el Duque de Orleans. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2009
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por su forma poco común, “la inglesa y el duque” puede decepcionar a más de un aficionado a las películas históricas. Sólo basta leer que la cinta trata sobre la revolución francesa, para que uno se imagine el desorden, la guillotina, y todas las conspiraciones y tretas, que ya son tópicos en las películas del este género.

En cambio uno se encuentra con una película con un ritmo lento. El director favorece el diálogo sobre la acción y practica una economía del espacio que parece en contradicción con los cánones del género. Además para mostrar el París de la revolución Rohmer utiliza una serie de pinturas donde incrusta a los personajes, procedimiento original que lo aparta de la mayoría de las películas del género.

Pero el objetivo de Rohmer no es de hacer otra película convencional sobre la revolución francesa -cintas poco conocidas en el extranjero, aparte quizás de “Danton” de Depardieu. En vez de captar la acción de la revolución, Rohmer quiso captar la espera, y que mejor que describir la expectativa de esta noble inglesa, que viviendo bajo la revolución, sufre indirectamente de todo lo que sucede en la capital francesa.

La atmósfera llena de angustia e impotencia está muy bien llevada por los dos personajes principales, y su relación está milimétricamente trabajada por Rohmer, lo que hace que la cinta sea más un drama casi teatral que en una película histórica.

Pero si igual que en muchas películas de Rohmer la profundidad y evolución de los personajes es lo que más sobresale, no se puede menospreciar el carácter histórico, ya que además de estar fundada en las memorias de Grace Elliott, la cinta sacrifica a veces parte de su ritmo por su coherencia histórica.

Película aconsejada a cualquier cinéfilo curioso, pero también a todo apasionado de la historia que quiera conocer una forma más íntima y precisa de hacer películas históricas. Y es que por algo más de hora y media pude sentir la violencia, el miedo y también la fuerza y fascinación de la revolución francesa sin estar sumergido en un baño de sangre.
Antonius Block
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