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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Drama. Cine negro Chris Hunter (Ann Sheridan) mata a un intruso que merodeaba por su casa, pero le oculta a su marido y también a su abogado que el hombre era un escultor que fue su amante mientras su marido estaba en la guerra. Para complicar más las cosas, la viuda del escultor conserva una estatua, para la cual Chris Hunter había posado desnuda. (FILMAFFINITY)
10 de enero de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Revestido de cine negro, esto es, en realidad, un drama moral, un estudio sobre la infidelidad conyugal femenina y cómo afectaba a su sociedad y un tratado bastante adulto sobre la institución matrimonial y el divorcio que ofrece diferentes puntos de vista desde sus diferentes personajes hasta componer un relato bastante interesante y reflexivo.
Lo que me gusta de esta historia es lo bien que se han construido a sus personajes sin caer en la tentación de demonizar o humanizar en exceso a unos u otros.
Ann Sheridan, la protagonista de esta historia se verá envuelta en una trama criminal cuando mate accidentalmente a un hombre tratando de repeler un ataque.
La investigación se pondrá en marcha pero su declaración presenta incoherencias y mientras tratan de aclarar si fue en defensa propia o no, una enorme bola de nieve irrumpirá en su vida que vendrá a trastocarla.
Su marido (Zachary Scott, antiguo soldado en la guerra), la quiere mucho y la apoyará incondicionalmente, al igual que el abogado de la familia (Lew Ayres), la conciencia recta y moral de esta historia. No obtendrá el mismo apoyo en sus amigas ( Eve Arden, que aquí está que se sale con sus frases cínicas y mordaces, es la versión femenina de George Sanders), que son unas brujas redomadas aunque luego a Eve se le reserve un pequeño tramo de lucidez repleto de verdad desnuda.
Estos cuatro personajes sobre todo, van a representar los diferentes enfoques con respecto a la institución matrimonial, el divorcio, el adulterio y las causas que lo provocan visto desde los diferentes puntos de vista, el marido agraviado, la esposa culpable, el amigo soltero pero experto en causas de divorcio y la amiga cínica coleccionista de ellos.
Tampoco podemos dejar de mencionar el pequeño pero eficaz papel de Jerome Cowan como fiscal de la acusación durante el juicio. Es la voz acusatoria y censora de la sociedad hipócrita que se regodea ávida durante el juicio buscando la carnaza con la que alimentarse.
Además, me gusta mucho el detalle de reflejar bajo una mirada crítica todas las situaciones que se debieron dar en aquellas fechas (recién terminada la guerra), con el regreso de los soldados a sus casas y a los brazos de unas esposas que, en muchos casos, eran auténticas desconocidas con las cuales se habían casado de manera precipitada al inicio de la contienda.
Seguro que el número de divorcios se disparó como una flecha al regresar. Este tema también lo tocan y es importante en el discurrir de la misma
Toda esta reflexión y discurso está entretejida dentro de la trama criminal que no nos ahorrará sorpresas, chantajes y misterios a resolver. Los diálogos son muy buenos aunque, quizá, peque de muy discursiva en algunos tramos. No importa mucho. Todo lo que se dice en ella tiene su razón de ser.
Una muy buena película de Vincent Sherman. La van a disfrutar.
Izeta
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