Lo que le ocurre a Dana Andrews les ha ocurrido a muchos otros hombres a lo largo de la historia del celuloide.
Uno entra en un sucio y cochambroso bar de carretera a las tantas de la noche a tomar el asqueroso brebaje que llaman café de dos centavos, tan sólo porque no tiene ningún otro sitio adónde ir, ni coche, ni tren ni billete de autobús. Ha de hacer tiempo antes de que llegue la mañana y pueda planear cómo demonios conseguir el dinero que le permita continuar con su ruta pero, !de golpe!, !Fin de trayecto!.
La culpable, Linda Darnell, por supuesto, que trabaja allí y trae de cabeza a todos los hombres que se arremolinan detrás del mostrador, pero Linda no es tonta, quiere garantías, está harta de las promesas vacías. Un anillo, un certificado y un hogar con todo equipado. La ley que esté de su parte por si las moscas...!Pues sólo faltaba!

Semejantes aspiraciones no conducen a nada bueno. Andrews deberá proveer y como no tiene ni un centavo pondrá sus miras en una joven heredera del lugar (Alice Faye) que vive con su hermana (Anne Revere), viuda del antiguo alcalde. Su plan inicial es estafarle parte del dinero de la herencia pero las cosas se irán complicando y al final no tendrá más remedio que casarse con ella para poder acceder al mismo.
A partir de aquí la cinta pega un giro sorprendente y la película se transforma en otra cosa.
Hay un asesinato con la consiguiente investigación policial, donde Andrews se verá convertido en principal, que no único, sospechoso, y la película toma un cariz distinto con la intervención de muchos de los integrantes que, hasta entonces, apenas habíamos tenido en cuenta.
Este giro desconcierta un poco, no me parece lo más acertado, la película pasa a ser una trama policial al uso de descartes de sospechosos, no discurre por el terreno que nos habían abonado hasta entonces y la película parece partirse en dos. La primera parte es el descenso a los infiernos de un hombre por culpa de una femme y la segunda su ¿redención?????, gracias a otra, aunque todo se presenta de manera bastante brusca, con poco desarrollo y evolución entre una y otra, así que hay que tomar este cambio poniendo cierta colaboración por nuestra parte.
Otra sorpresa final nos aguarda que es posible que sí nos guste aunque de nuevo nos es presentada al estilo prestidigitador, sin habernos dado ocasión en ningún momento de la trama de apercibirnos sobre ella.
Fuera de estos errores de guion, la película se conduce extraordinariamente. Un noir en toda regla con una atmósfera precisa y elegante. Personajes bien descritos. Fotografía, ambientación y decorados estupendos. Una intriga bien manejada. Querremos, necesitaremos, saber qué está pasando allí y quién es el asesino. He de confesar que mis sospechas iban por derroteros muy diferentes. Igual es eso lo que me ha jodido. Tengo muy mal perder.