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España España · san sebastian
Voto de Izeta:
8
Comedia El publicista Jim Blandings, casado y con dos hijas, está harto de los ruidos, las prisas y las tensiones de Manhattan. Por eso, decide comprar una casa de campo en Connecticut; pero la casa se encuentra en tan mal estado que la única solución es derribarla y construir una nueva. La hipoteca, mil gastos imprevistos y toda clase de incidentes hacen que Jim Blandings empiece a arrepentirse de su decisión. (FILMAFFINITY)
31 de mayo de 2019
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Encantadora comedia de situación que, a pesar de ser algo irregular, tiene muchísimos elementos que hacen que, todavía hoy, se vea con agrado.
Nos cuentan la historia de un matrimonio de clase media de Manhattan, los cuales hartos de vivir en un pequeño apartamento, deciden mudarse a las afueras y comprar una gran casa en el campo.
! Angelitos !. No saben que han firmado el contrato de la entrada a su propio infierno.
Película cuyo argumento sigue teniendo mucha actualidad. ¿ Quién no se ha visto alguna vez en esa situación en el que sueñas como un pardillo en la casa de tus sueños y cuando tratas de hacerlo realidad, te encuentras con que te has hipotecado hasta las cejas, tu soñada casa está podrida desde los cimientos hasta el tejado, las reparaciones no parecen tener fin y las facturas empiezan a agolparse y te empiezas a ver esclavizado para poder pagar todo eso hasta el fin de tus días, mientras comienzas a mirar esa casa, ya no como tu sueño, sino como tu más terrorífica pesadilla.
Un guion muy bien construido, con actores de altura que defienden con gran pericia la situación, Cary Grant, Myrna Loy, como el perfecto matrimonio de pringados y un inconmensurable Melvyn Douglas como abogado y amigo de la familia y narrador de la historia que aporta una visión caústica e irónica de la misma, junto con un excelente plantel de secundarios en breves papeles que aportan su toque de humor, hacen de esta película una buena caricatura de un tema cotidiano y muy real, para cualquier ciudadano de cualquier época que alguna vez se ha atrevido a afrontar cualquier reforma de su hogar.
Vamos a decir que la película cierra con un convencional final feliz, que de ninguna manera debería ser ya que, todos los espectadores advertimos, los problemas pecuniarios de la pareja están por llegar. Pero, en fin, Había que cerrar la película en algún momento.
Mencionar que en 1986, se hizo una película claramente inspirada en ésta, con Tom Hanks y Shelley Long en los papeles protagonistas que ahondaba más en los chistes y gags y mucho menos en las situaciones en sí.
Ésta en cambio, hace más hincapié en la ironía de las situaciones, resultando una película mucho menos jocosa y sin situaciones explosivas como aquella, pero más irónica e incisiva en todo su metraje en general.
No es una obra maestra. Pero se ve con mucho agrado como muchas de las comedias de aquella época.
Quiero resaltar una cosa que me hace mucha gracia.
Esta película es de 1948. Imagínense ustedes aquella época en España, cuando los espectadores la veían en el cine y oían a los protagonistas quejarse del " pequeño" apartamento que poseían en Manhattan. Un apartamento con armarios empotrados, cuarto de baño con ducha y mampara, cocina con los últimos adelantos y una criada.
Cuando en España en muchos hogares el vecindario compartía el baño, no había duchas, las cocinas eran de carbón y en el dormitorio dormían todos hacinados. Qué debían pensar los españoles de las quejas de este matrimonio por ese " palacio" en el que vivían. Y no digamos por la mansión que luego construyen claro está.
Tengo entendido que en aquella época, un español medio ganaba cuatro o cinco mil pesetas al mes, es decir unas cincuenta mil pesetas al año. Este publicista ganaba unos doce mil dólares al año. Al cambio de entonces equivalía a unas 720.000 pesetas. Hagan cuentas, señores, de lo que tenía que sentir el español medio viendo este film.
Izeta
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