Ante todo señalar que esta cinta me parece mucho más interesante desde el conocimiento de lo que oculta y finge ser, que de lo que realmente nos muestran y que me parece un claro ejemplo de que, Hollywood, también sabía colar por la escuadra de la aparente sumisión al más recalcitrante conservadurismo, algunos goles como soles de a lo que cintas de productoras mucho más beligerantes o comprometidas con el progresismo social pudieran aspirar.

Porque bajo los auspicios de la Metro Goldwyn Mayer, todopoderosa productora orientada al entretenimiento familiar, poco sospechosa de meterse en camisas de once varas que pudieran herir las sensibilidades de las puritanas mentalidades de la época, esta fue una cinta que contribuyó notablemente a sensibilizar y dar a conocer por todo el país, la injusticia de una ley, en vigor entonces, que penalizaba a los niños nacidos fuera del matrimonio, cuyo sello de ilegitimidad, inscrito en sus partidas de nacimiento, los despojaba de muchos otros derechos naturales para los demás, tales como por ejemplo, heredar. También iremos viendo la progresiva mejora de los métodos del sistema de adopción que, gracias a nuestra protagonista, se vería revolucionado al hacer más hincapié en la búsqueda de padres adecuados para esos niños y no al contrario, tal y como se pretendía en aquel entonces. E incluso también quedaremos asombrados al comprobar cómo la implantación de guarderías, para madres trabajadoras, pudo alguna vez ser considerado subversivo en lo que al parecer de aquella sociedad parecía considerarse como dejación de los deberes maternales.

En la vida real, la pionera y artífice de todo ello, fue Edna Gladney, contemporánea a esta película, mujer que consagró toda una vida a la lucha y protección de los huérfanos y que se vio inmensamente favorecida, en su causa, con el éxito de esta cinta que contribuiría enormemente en las mejoras de esas leyes. Esta mujer guerrera, consiguió implantar guarderías gratuitas para niños de madres trabajadoras, eliminó la ley discriminatoria que negaba sus derechos a los hijos naturales y consiguió equiparar también los derechos de los hijos adoptados a los de los biológicos que, en aquel entonces, tampoco eran los mismos.

Greer Garson da vida a esta admirable mujer. Sin embargo, en esta película, se edulcora, altera y omite la mayor parte de las circunstancias reales de Edna para, sin duda, no ofender la sensible moral de su potencial público y poder manipularla a su antojo ( esta vez sí, por una noble causa) a base de crear un personaje ficticio, lleno de dramáticas pero respetables circunstancias que justifiquen su lucha, al tiempo que utilizan a los niños para conmover al público, mostrándoles sólo secuencias que no pudieran ofender y en los que casi se les pide perdón ( me parece enormemente significativa la escena de dudoso gusto cómico de los dos recién nacidos negros en una caja de embalaje) por tener que ser tan " integradores y poco selectivos".
Esta película apela a la " bondad, caridad y buenos sentimientos" del respetable para conseguir su fin, sin revolver en exceso las conciencias de aquella sociedad, ni reñirles en su hipócrita moral, fingiendo acatar sus mismos preceptos, para que no se enfurruñen y les vuelvan la espalda. Y a fe que lo consiguieron. Las leyes se cambiaron poco después de la difusión de esta película.

La verdadera Edna fue hija de madre soltera y eso no podían mostrarlo aquí, sería contraproducente. Por contra, en la película reservan ese papel a su hermana que protagonizará una dramática situación totalmente inventada. Tampoco tuvo hijos ( no como en la cinta, otra oportunidad para llorar convenientemente) y se casó a los 18 años aunque más tarde enviudó.
Tampoco muestran en el film ( no era conveniente desafiar al Estado), la terrible impresión que le produjo, durante una visita de inspección de trabajo en un asilo para pobres, comprobar las terribles condiciones en que vivían mendigos, enfermos mentales, discapacitados y huérfanos, todos juntos y revueltos, en miserables circunstancias, gracias a la generosidad del Estado y que fue lo que le hizo poner manos a la obra.
Pero, sin embargo, esta película sí tiene muchísimos apuntes certeros que nos detallan con gran precisión el camino que tuvo que recorrer esta buena mujer.
La escena de la mujer del concejal que desea adoptar un niño, la reunión que mantiene con la insufrible Liga de mujeres " decentes", el encontronazo y posterior juicio con el chantajista...Todos estos apuntes y muchos más, unidos al siempre buen hacer de LeRoy, con su buen manejo de la narración, esa exaltación del sentimentalismo,, en perfecta conjunción de mezcla de humor y drama, esas dosis de glamour, elegancia y color que aportan suavidad y calidez, más la soberbia interpretación de Garson que aquí, para mí, es la única, a pesar del buen acompañamiento de Pidgeon y de ese gran secundario que fue Félix Bressart, convierten a esta cinta en una excelente opción para pasar la velada e instruirnos un tanto en la vida de este admirable y desconocido personaje de la Historia, bajo la garantía que nos ofrece ese cine de antaño de pocos complejos y gran corazón.