Curiosa y original cinta, ópera prima de su autor, rodada con ínfimo presupuesto, se llevó la Palma de Oro en el festival de Cannes. Y yo creo que merecidamente. El cine independiente, es lo que tiene. A veces te comes unos bodrios infumables. Pero, otras veces, te llevas la sorpresa, como es el caso de esta cinta que nos cuenta las vidas sexuales de dos hombres y dos mujeres, con inteligencia y frescura, ahondando en el por qué de sus comportamientos sexuales, en el que las mentiras y las cintas de video, jugarán un papel muy importante, descubriéndose así entre ellos y, de paso, conociéndose a sí mismos.
Como Pablo Kurt nos cuenta en su crítica, esta película se escribió en ocho días, se rodó en un mes y se montó en otro. El resultado no ha podido ser más brillante para un film de estas características y nos demuestra cómo, muchas veces, hacer cine no depende sólo del dinero. Aquí se ha dado la conjunción de talento e inspiración y los espectadores lo agradecemos. Recomendable.