Insustancial y banal comedia que desaprovecha un tema que podría ser muy interesante e ilustrativo,( en los años del franquismo, miles de mujeres fueron a París a trabajar como criadas al servicio de franceses acomodados).
Ésto que tratado de un modo un poco más riguroso, podría darnos una idea de lo que vivieron esas mujeres, cómo veían a sus vecinos y su cultura, así como hacernos una idea de cómo nos veían ellos, está aquí retratado desde la insinceridad y los tópicos más manidos. Poco valiente y amable, la cinta comienza haciendo algunos apuntes que podrían ser certeros, para luego convertirse en una caricatura más de la España mísera pero viva y de la Francia próspera y aburrida.
En un estupendo edificio céntrico de París, donde viven muchos burgueses,( cultos, educados, ricos, pero que se mueren del asco, pobrecitos), porque al parecer los franceses no saben vivir ni tampoco pensar y las españolas les enseñarán lo que es la vida. En el piso sexto se encuentran las habitaciones de las criadas, pobres pero generosas, con terribles problemas pero gran alegría de vivir, donde nos toparemos con un arquetipo de cada mujer. La guapa y dulce madre soltera, la roja, la maltratada, la beata y alguna más, que abrirán los ojos a nuestro ciego y reprimido financiero francés.
Nada que no sea previsible y con escaso humor, es lo que encontraremos en este film. El director no se ha atrevido a contarnos la realidad y ha preferido quedarse en la amabilidad y buenas intenciones, con los mismos prejuicios de siempre.