Con esta comedia me pasa algo curioso. El guion me parece portentoso. Los diálogos son magníficos, con gags inteligentes y acerados. La ambientación me encanta. Ese Broadway de los años 30 está fantásticamente recreado y la música ( Woody Allen siempre sabe elegir la mejor música), te transporta a esa época de locura y prohibición, (gánsters y cabareteras, espectáculos y artistas), de la mejor manera posible. Además, Woody Allen no actúa en la película que, en lo que a mí respecta, estoy harto de aguantar sus neurosis y egocentrismo, amén de escuchar sus insufribles monólogos intelectuales.
Entonces, ¿por qué esta película solo me ha gustado a medias?.
Un escritor(John Cusack) de Broadway, trata de abrirse paso en ese mundo. Harto de no tener el control absoluto sobre su obra, decide dirigir él mismo su próximo estreno. Pero eso no bastará. Cuando encuentran a alguien dispuesto a financiar la obra, se encuentran con que es un mafioso que sólo aceptará poner dinero en ella si le dan un papel a su amante, una ignorante y estúpida putita, que tiene aspiraciones de actriz.
A pesar de sus muchos escrúpulos, nuestro hombre accede. Ahora hay que buscar al resto del elenco. Cuando empiecen los ensayos, cada uno de ellos, pondrá a prueba la firmeza e integridad de nuestro escritor para con su obra.
Como he dicho, el guion me parece estupendo. De corte clásico, es la típica película que sobre el papel es perfecta. Pero, en mi opinión, falla el ritmo narrativo y algunos actores. Para mí no basta con tener unos diálogos estupendos. Hay que saber interpretarlos. Para tener gracia, no basta con tener buenos chistes. Hay que saber contarlos. Y en eso, no me convencen. Sólo se salva de la quema Chazz Palminteri, que está muy bien como guardaespaldas creativo de la amante del gánster y poco más. Los actores principales, incluida la oscarizada Dianne West, sobreactúan y esta cinta no necesitaba esas dosis de histrionismo para acentuar la comedia, sino al contrario, creo que una interpretación más comedida, habría dado más chispa al inteligente guion.
Por otro lado, tampoco me gusta el ritmo narrativo. A veces es atropellado y los personajes se pisan los diálogos unos a otros. Otras veces, carece de ritmo y tiene escenas de nulo interés.
Por eso y a pesar de que reconozco que tiene gags brillantes, me parece que está lejos de ser una obra redonda. Apta, sin embargo, para disfrutar un rato con un enredo aceptable.