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Voto de juanantlopez:
5
6,1
4.054
1 de julio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De nuevo, Gus Van Sant vuelve a explorar el mundo adolescente, esta vez con una historia de amor entre dos jóvenes atraídos por todo lo relacionado con la muerte. Entre funerales y paseos por cementerios, esta atípica pareja desarrollará un profundo vínculo que, sin embargo, está condenado a ser breve.
En el primer tramo, Van Sant despliega todo un arsenal de originalidad y esboza un retrato bastante interesante de los dos protagonistas. Ante todo, quiere que tengamos claro que son dos personas muy especiales, y que sus destinos se cruzan en un momento especial de sus vidas. Como digo, esta primera mitad enamora. Pero la segunda mitad repele. Parece que a Van Sant, de repente, se le agotan las ideas, se cansa de golpe, y tiene que recurrir a topicazos y clichés del más puro cine comercial. Llega a ser sonrojante en algún momento el batacazo narrativo de nuestro director. Cierto es que al final la historia puede emocionarte, pero percibo que Van Sant no ha sido honesto y que me ha forzado mucho para arrancarme esa emoción. La prueba está en que no dura, no te conmueve durante un buen rato y no te invita a la reflexión.
Respeto mucho a Van Sant como director, pero si por algo se caracteriza su filmografía es por su irregularidad. En Restless, Van Sant demuestra su talento solo al principio, para luego deslizar su historia por toboganes muy trillados. No estamos ante una obra maestra, aunque no podemos despreciar sus virtudes, como su originalidad para retratar la personalidad de los personajes o la magnífica interpretación de Mia Wasikowska.
En el primer tramo, Van Sant despliega todo un arsenal de originalidad y esboza un retrato bastante interesante de los dos protagonistas. Ante todo, quiere que tengamos claro que son dos personas muy especiales, y que sus destinos se cruzan en un momento especial de sus vidas. Como digo, esta primera mitad enamora. Pero la segunda mitad repele. Parece que a Van Sant, de repente, se le agotan las ideas, se cansa de golpe, y tiene que recurrir a topicazos y clichés del más puro cine comercial. Llega a ser sonrojante en algún momento el batacazo narrativo de nuestro director. Cierto es que al final la historia puede emocionarte, pero percibo que Van Sant no ha sido honesto y que me ha forzado mucho para arrancarme esa emoción. La prueba está en que no dura, no te conmueve durante un buen rato y no te invita a la reflexión.
Respeto mucho a Van Sant como director, pero si por algo se caracteriza su filmografía es por su irregularidad. En Restless, Van Sant demuestra su talento solo al principio, para luego deslizar su historia por toboganes muy trillados. No estamos ante una obra maestra, aunque no podemos despreciar sus virtudes, como su originalidad para retratar la personalidad de los personajes o la magnífica interpretación de Mia Wasikowska.