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Voto de juanantlopez:
9
Drama Una noche de otoño del año 2003, Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg), alumno de Harvard y genio de la programación, se sienta delante de su ordenador y empieza a desarrollar una nueva idea: TheFacebook. Lo que comenzó en la habitación de un colegio mayor pronto se convirtió en una revolucionaria red social. Seis años y 500 millones de amigos después, Zuckerberg es el billonario más joven de la historia. Pero a este joven emprendedor el ... [+]
5 de noviembre de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que La red social sea una de las películas que más prejuicios haya suscitado de entrada. ¿Una película sobre Facebook? No parece de fiar. Una película sobre un fenómeno tan reciente que parece imposible hablar de él con una mínima distancia sobre los hechos y sin caer en el sensacionalismo. Pero entonces oyes dos nombres: David Fincher y Aaron Sorkin. Ya no hay excusa: tienes que ver La red social.
Es difícil explicar por qué, cuando termina La red social, sientes que has visto una gran película. Empecemos por lo obvio: un ritmo trepidante, unos diálogos afilados, una excelente banda sonora, una dirección de brillante contención y unas interpretaciones frescas y creíbles. Eso nos daría una buena película, pero yo estoy hablando de una GRAN película. Intentaré explicar a qué se debe, según mi opinión, ese salto cualitativo.
En mi opinión, La red social, por muchos ordenadores, procesadores, cerebritos y redes sociales de los que hablen, no es otra cosa que una tragedia clásica. Sus personajes parecen arquetipos de las tragedias griegas: el inteligente pero débil, el manipulador sin escrúpulos, el amigo traicionado, la chica-musa, etc. La red social es una tragedia pura, enmarcada en el siglo XXI y protagonizada por ese extraño grupo de jóvenes cerebritos cuyas invenciones les superan y dominan (ecos de Frankenstein en el aire). Esa mezcla de la más pura modernidad y la reverberación de los clásicos hace de La red social una película imprescindible, que capta el pulso de la primera década del nuevo siglo.
La película de David Fincher engancha de mala manera. Te mantiene pegado a la silla con su hábil y eficaz montaje, con su implacable guión, con esos personajes tan especiales, tan bien trazados, tan lejos de clichés. Y además, tenemos la oportunidad de contemplar el nacimiento de las redes sociales, que sin duda han revolucionado el mundo. Así que olvidemos todo prejuicio: David Fincher ha vuelto a hacerlo.
juanantlopez
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