Una estrella del rock es encontrada muerta en la cama con un montón de puñaladas con un picahielo. Michael Douglas (siempre infravalorado y sin embargo siempre brillante) es un policía, recuperandose de su adicción, al alcohol y al sexo que queda encargado del caso después de que la principal sospechosa sea la novia del rockero asesinado, y tras poner "nerviosos" a todos los policías en el interrogatorio, empieza la vigilancia de Nick. Sobresalientes trampas de guión, inquietud, y intriga de principio a fin. Su alto contenido erótico hace que sea una película distinta del resto, y su final llega casi sin darte cuenta. Imprescindible en cualquier colección.